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VAL MAGGIORE

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Nuestro primer día en Dolomitas no estábamos para muchos trotes. Después de una paliza de mil cuatrocientos kilómetros y tras día y medio de autopista, habiendo dormido -unos más, otros menos- en un área de servicio, no estábamos para nada demasiado largo ni demasiado complicado. Si hubiéramos sabido que aquel sería el único día en que veríamos brillar el sol, igual nos lo hubiéramos planteado de forma diferente...

El caso es que, una vez instalados en el Park Camping Nevegal, decidimos aprovechar lo que nos quedaba de tarde bajando el Val Maggiore, un descenso situado muy cerca de nuestro campamento, de escasa dificultad pero estético y bien valorado. Recorrer el barranco entero lleva de cuatro a cinco horas, por lo que decidimos saltarnos la primera parte, la más irregular y discontínua, y centrarnos en la segunda mitad, que concentra el interés.

Esta parte se inicia con el rápel más alto de todo el descenso, de veinticinco metros. Le siguen unos primeros minutos de marcha por el cauce sin más obstáculos que alguna rampa fácilmente superable, pero antes de que nos empecemos a aburrir el descenso empieza a tomar carácter, a estrecharse y a adoptar las formas y colores que lo caracterizan.

el rápel de 25 metros, inicio de la segunda parte
tramo de marcha sin dificultades

Superados esos primeros minutos de marcha, el cauce se encierra y serpentea entre paredes de estratos salpicados de musgo y vegetación, y forma bonitos juegos de luces y colores. Las dificultades son escasas y los rápeles de poca altura, pero el interés estético es destacable.

Natxo, entre los característicos estratos del descenso
uno de los pocos rápeles, de escasa altura

bonito y estrecho pasillo
zona más pulida en roca calcárea roja

Poco antes de llegar al final, la magia se rompe parcialmente. Nuestro barranco, demasiado cerca ya de la civilización, pasa bajo los puentes de la autopista y de la vía del tren, en un escenario que se torna algo oscuro. Además, y como es habitual, parte de los restos de la construcción de esos puentes acabaron en su día en el mismo barranco... A partir de la autopista hay que prestar atención al progresar y, sobre todo, evitar cualquier salto a las pozas por tentador que sea: como podremos comprobar, en ellas hay más de un hierro de encofrado sumergido que puede ser peligroso. A pesar de todo, estas incomodidades se encuentran sólo al final del recorrido y no afectan demasiado al descenso, que mantiene su encajamiento y estética hasta el final.

rápel bajo la autopista, algo lúgubre
el encajamiento se mantiene hasta el final

El Val Maggiore es, en definitiva, un descenso agradable y estético, sin dificultades pero que merece una visita y puede ser un buen complemento a los grandes clásicos de la zona. A realizar entero para llenar un día de cierto descanso, o sólo su segunda mitad en combinación con alguno de sus vecinos.


Datos de interés

Cotación: v3 a3 III

Acceso desde: Belluno (Veneto, Italia)

Aproximación: Desde la salida de Belluno de la autopista A27, continuaremos en dirección sur hacia el lago de Santa Croce por la carretera SS51. En uno o dos kilómetros entraremos en el núcleo de La Secca: al llegar al cruce de Puos d'Alpago buscaremos aparcamiento, ya que el descenso acaba allí mismo de forma poco visible. Con el segundo coche seguiremos recto por la carretera, dirección sur, hasta tomar un desvío a la derecha en dirección a Cornolade por un pequeño túnel que pasa bajo la vía del tren. Avanzando ahora por una estrecha y revirada carretera local, ignoraremos el desvío a Cornolade y seguiremos hasta cruzar un torrente: nuestro barranco. Si queremos bajar sólo la segunda parte, aparcaremos el segundo vehículo y entraremos de forma inmediata. Si pretendemos hacer la integral, seguiremos carretera arriba para entrar en el pueblo de Quentin y buscar su iglesia, cerca de la cual veremos un puente y el inicio del descenso. Tiempo: 10 minutos para la parte superior. Parte inferior, inmediata.

Descenso: De 4 a 5 horas para la integral. Sólo la segunda parte nos llevó a nosotros menos de dos horas.

Retorno: De repente, la garganta se acaba y llegamos al puente de la carretera. Treparemos hasta esta y volveremos al coche de forma más o menos inmediata.

Material: 2 x 30 m, cuerda de socorro

Observaciones: Atención a los hierros y restos de obra a partir del puente de la autopista. Evitar todo salto en esta zona.




VAL MAOR

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22 de julio, tercera jornada en Dolomitas. El día antes había amanecido lloviendo y se mantuvo así hasta el atardecer, de manera que habíamos hecho poco más que deambular por Belluno y, a última hora, visitar la entrada del Val Maor: un barranco muy encajado pero poco acuático que nos pareció adecuado teniendo en cuenta la que estaba cayendo. Nuestra sorpresa llegó cuando, la mañana siguiente, volvimos a la entrada y comprobamos que el caudal se había duplicado. A pesar de las más de doce horas transcurridas desde nuestra visita anterior, y unas cuantas más desde que dejara de llover, el río llevaba un volumen de agua mayor e incluso había arrastrado las piedras que habíamos dejado para tomar referencias del nivel. No obstante, eso no hizo imposible el descenso, sino aún mejor de lo que ya es. Gracias a la lluvia, disfrutamos de un Val Maor en unas condiciones excepcionales que dieron a este descenso de iniciación un carácter inusual, con la presencia en algunas zonas de rebufos, contras, fuertes corrientes e incluso algún sifón provocado por tapones de troncos. Una gozada para un descenso en el que sólo esperábamos un alto interés estético.

El Val Maor está formado por dos tramos muy estrechos, oscuros y sinuosos, separados por un espacio abierto intermedio que da un respiro. En el primer tramo encontraremos algún posible escape en forma de afluente seco, pero en general el barranco se muestra muy enclaustrado y oscuro. Las estrechas paredes, con sus estratos perfectamente alineados, forman un escenario magnífico y con mucho ambiente.

El descenso comienza en una represa completamente colmatada que permite valorar la cantidad de agua que entra a la primera garganta. Aún así, ello no es definitivo, ya que más adelante el barranco recibe un par de afluentes que aumentan notablemente el caudal. El tramo se encaja inmediatamente y forma pasillos de menos de dos metros de ancho en algunos puntos, sin rápeles pero muy estético.

primeros pasos del descenso
magnífica entrada a las profundidades de la garganta

el cauce se estrecha y concentra el caudal...
...cada vez más

además, durante nuestro recorrido, varios afluentes fueron aumentando progresivamente el caudal


el final del primer tramo se abre a la luz




La oscuridad se adueña del descenso en la mayor parte del recorrido, pero en algunas ocasiones las paredes se ensanchan lo suficiente como para permitir que los rayos del sol lleguen hasta nosotros. Vale la pena entrar cerca del mediodía para poder disfrutar de los juegos de luces que se generan. Nosotros, sin pretenderlo, tuvimos esa suerte. El gris de la roca se mezcla con el verde exhuberante de la vegetación de las partes altas, que filtra los rayos de luz y deja pasar, de forma caprichosa, algunos sí y algunos no.










rayos de luz filtrándose hasta el cauce
ambiente exhuberante en los tramos más abiertos


Acabado el primer tramo, el barranco se abre brevemente y volvemos al exterior. Un rápel desde un nuevo muro de contención precede a la entrada a la segunda parte.

rapelando la presa que marca el final del primer tramo y en inicio del primero


pasillo de caudal concentrado




De vuelta a las profundidades del descenso, esta segunda parte se muestra practicamente idéntica a la primera, aunque con mayor caudal a causa de las aportaciones que va recibiendo. Aquí fue donde nosotros encontramos los pasos más delicados, empezando por un resalte de apenas cinco o seis metros bastante estrecho y con una recepción muy agitada. Este paso tiene un pasamanos que aleja del caño y nos da la opción de esquivarlo saltando o incluso rapelando.










destrepando el resalte, punto clave
la agitada recepción del resalte

Después de esto todavía encontramos algún salto y una larga sucesión de pasillos estrechos y tenebrosos excavados entre los estratos característicos de este barranco. En algunos puntos el agua empujaba con fuerza, y encontramos un par de tapones de troncos que sifonaban el paso y obligaban a hacer equilibrios para superarlos por arriba. 


también hay algún que otro salto
acercándonos con precaución a un tapón de troncos


el gran ambiente que se respira en todo el descenso
 

un pasillo inclinado...
...y otro inundado, antes de llegar al final


En resumen: un descenso eminentemente estético de visita casi obligada, que nos proporcionará una más que agradable sorpresa si tenemos la suerte de bajarlo con caudal alto.



Datos de interés

Cotación: v2 a3 III

Acceso desde: Val Maor (Veneto, Italia)

Aproximación: Inmediato.

Descenso: 2h 30 min.

Retorno: 40 min.

Material: cuerdas 2 x 15 m, cuerda de socorro



Fotos: Jordi Rebollar, Bernat Castells, Xavier


RIO CIOLESAN

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23 de julio, cuarto día en Dolomitas. Para variar, la jornada se presentaba inestable meteorológicamente hablando, así que volvimos a optar por algo corto en primera instancia, con la esperanza de poderlo combinar después con otro descenso si el tiempo aguantaba. Nuestros deseos se cumplieron y enlazamos el descenso del río Ciolesan con el del torrente Chiadola, acabando justo a tiempo antes de que se pusiera a llover.

Empezamos el día con el río Ciolesan, un descenso más completo y de mayor entidad que los dos que habíamos hecho hasta entonces en la zona, Val Maggiore y Val Maor. El barranco sigue patrones más habituales y está excavado en la roca calcárea a la que estamos más acostumbrados, sin los estratos característicos que habíamos visto los días anteriores. Además, presenta hasta trece cascadas entre destrepes y rápeles, por lo que tiene un carácter más deportivo y se hace más entretenido. Si bien el caudal en verano no debe ser nada del otro mundo -el periodo aconsejado para su descenso es de junio a octubre-, las lluvias de esta temporada nos brindaron un caudal animado y, en algún punto, incluso subido de tono.

A parte de esto, el descenso no tiene ninguna dificultad especialmente destacable. Algún paso estrecho concentra mucho el caudal, pero puede salvarse bien.

primeros pasos del descenso
el principio es más abierto y menos pulido

























lo que algunas guías llamarían "tobogán violento"
visto desde abajo



uno de los rápeles más encajados del recorrido
























Los primeros rápeles en terreno abierto y poco pulido no prometen mucho, pero el descenso no tarda en encajarse. A partir de ahí, el río traza un recorrido sinuoso y repleto de cascadas que no llegan a tener demasiada altura, pero que van dando juego de forma continuada y sin tiempos muertos. En el pasillo más estrecho y comprometido en caso de caudal, hay instalado un pasamanos en fijo que facilita el superarlo.









un pasamanos en fijo ayuda a superar un pasillo...
...estrecho que concentra bastante el caudal

uno de tantos rápeles
por momentos el ambiente es magnífico


Rápel directo a la recepción más animada de todas. Mucho ruido, aunque pocas nueces.


la recepción mencionada
el barranco se muestra casi siempre así de encajado





el cauce se mantiene muy bien excavado hasta el final
luminosidad al final del descenso

A falta de poder descender los grandes clásicos de Dolomitas por culpa de la lluvia y los caudales, éste fue posiblemente el mejor de los descensos que hicimos en la zona.


Datos de interés

Cotación: v3 a3 III

Acceso desde: Claut (Friuli-Venezia Giulia)

Aproximación: 1 h

Descenso: 2'30 a 3 h

Retorno: 10 min.

Material: 2 x 25 m. El rápel más largo, al principio del descenso, es evitable. Si no lo hacemos, el resto de rápeles no superan los diez metros.

Combinación de vehículos: no


Fotos: Bernat Castells, Xavier

TORRENTE CHIADOLA

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Hay gente que, cada mañana, sale a correr o va al gimnasio antes de ir a trabajar. Otros hacen horario partido y aprovechan para hacer esas cosas a mediodía, antes de volver al tajo. Por último, la mayoría espera a la tarde para poder hacer algo de ejercicio. Es fácil encontrar una hora para escaparse al gimnasio a intentar mantenerse en forma. Lo que ya no es tan fácil es tener una hora libre y hacer un barranco en ella sin alejarse mucho de casa.

No es fácil, pero es posible... si vives en Claut (Dolomitas). Allí está el torrente Chiadola, un barranco entretenido, agradable, bien formado, liquidable en una hora, y todo ello sin moverte del pueblo. Nosotros lo descendimos después de bajar el río Ciolesan para acabar de aprovechar la jornada, ya que el cielo se estaba poniendo negro pero aún parecía darnos algo de margen... y supuso una agradable sorpresa.

El barranco está situado en la parte alta del pueblo. El acceso es breve y muy cómodo, por un sendero y unos escalones que conducen al pie de una pequeña presa, punto de inicio (foto derecha). Ya en el interior del descenso, éste presenta una buena continuidad, los rápeles se suceden sin tiempos muertos e incluso encontraremos algún pequeño salto, todo ello en una garganta sombría y bien tallada. El colofón lo pone el rápel más alto y vertical del descenso, de unos quince metros, situado bajo el puente en el que se inicia la aproximación. Poco más allá, un sendero nos devolverá en muy pocos minutos al coche.

¿Quién da más en una hora?


los rápeles y los resaltes se suceden sin pausas
rápel de lleno por el activo


todos los rápeles son cortos...
...aunque algunos son estrechos y agitados con caudal


la garganta es corta pero se mantiene encajada
¿tobogán? yo salto


El rápel bajo el puente, con un buen caño...
...y una recepción encajada. Buena forma de acabar.


Datos de interés

Cotación: v3 a3 III

Acceso desde: Claut (Friuli-Venezia Giulia, Italia)

Aproximación: Entraremos en la población de Claut, y pasadas las primeras casas, al llegar a una parada de autobús situada a la izquierda, giraremos en esa dirección y tomaremos una calle estrecha que sale junto a ella (via Gian Battista Martini). Siguiéndola sin desviarnos, saldremos a la parte alta del pueblo, y alcanzaremos el puente que cruza por encima de nuestro barranco. Aparcaremos donde no moleste y ya a pie, desde el puente tomaremos un sendero que por la izquierda orográfica nos lleva al inicio en apenas 10 minutos.

Descenso: 50 min.

Retorno: Unos metros más allá del último rápel, saldremos del cauce por la izquierda. Un sendero señalizado nos devolverá a la calle y al puente en unos 5 minutos.

Material: 2 x 20 m




Fotos: Bernat Castells, Xavier

RÍO PRIALUNGA

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25 de julio. Con el río Ciolesan y el torrente Chiadola por fin habíamos conseguido completar una jornada de barranquismo verdaderamente digna en Dolomitas. Sin embargo, la previsión meteorológica para los siguientes diez días era bastante mala, y nuestras esperanzas de poder bajar Soffia, Clusa o Val Zemola, entre otros, practicamente se habían desvanecido. Ante esto, se instauró en el grupo el debate entre quedarnos y esperar la oportunidad de anotarnos alguno de los buenos, o emigrar a Liguria y Alpes Marítimos, única zona en la que la meteo era buena, y asegurar el tiro. La democracia se impuso, hicimos las maletas y nos desplazamos hacia las zonas mencionadas, en las que no me quedaba nada interesante por hacer y mi motivación era rotundamente cero.  

En estas circunstancias, el primer barranco que nos fijamos como objetivo fue el río Prialunga, uno de los descensos destacados de Liguria según las guías y webs que consultamos. A pesar de ello, el barranco nos pareció muy normalito, sin ningún paso destacable o nada que lo hiciera especial. Si a ello le sumamos que el caudal era bajo o muy bajo, el resultado fue tachar un barranco más en una jornada de relleno, sin cumplir con las expectativas creadas.   



primer rápel del descenso, y también el más largo
animando un rápel saltando su parte final


rápel inclinado, toboganeable...
...y el siguiente, más alto e inclinado


rápeles en una zona de bloques de la parte intermedia
Rebo, evitando un roce con la ayuda de un desviador


Ambiente encajado en general. Lástima del escaso caudal

aunque el agua no corre demasiado, las pozas son grandes y profundas


Uno más que añadir a la colección. Los días siguientes, antes de volver a casa, aún hicimos Barbaira en Liguria y la Maglia en Alpes Marítimos, dos buenos clásicos que ya conocía, y que no colgaré porque ya están reseñados en este blog. 



Datos de interés

Cotación: v3 a2 III

Acceso desde: Sciarborasca (Liguria, Italia)

Aproximación: 1 h

Descenso: 3h 30 min

Retorno: 5 min.

Material: cuerdas 2 x 30 metros.




 Fotos: Bernat Castells, Xavier


BREVE HISTORIA DE UNA APERTURA INTERRUMPIDA

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el primer rápel, de 25 metros

Llevo tres meses planteándome si escribir o no estas líneas. ¿Qué demonios explico, si he ido a abrir un barranco de trescientos metros de largo y no lo he acabado? ¿Que me he lesionado? ¿Y a quien le importa eso?


El caso es que así fue. Practiques el deporte que practiques, tarde o temprano llega el día en que te haces daño. La única diferencia, una diferencia que lo condiciona todo, es que no hace falta un helicóptero para sacarte de una cancha de baloncesto o de un tatami. Allí fuera no tienes un médico y una ambulancia junto al túnel de vestuarios, y cuando llega el momento un barranco es un lugar perfecto para apreciar lo expuesto que se puede llegar a estar. En los últimos meses, diversos compañeros y amigos han pasado por esto y sabrán de lo que hablo...







poniendo un parabolt que nos permita superar el pasillo y los resaltes que se abren a nuestros pies


Didi, acercándose al resalte que me dejó KO
En este país, los mejores barrancos ya llevan tiempo abiertos, aunque todavía pueden encontrarse cosas interesantes por ahí. Este pasado mes de agosto, Didier y yo teníamos localizado en el Pirineo aragonés un barranco corto (unos 300 metros), pero de fuerte caudal y con unos cuatro o cinco rápeles en su escaso recorrido; un descenso breve pero intenso que parecía merecer la pena. Así pues, el día escogido nos cargamos con todo lo necesario y nos pusimos a trabajar. Un acceso de poco más de una hora, unos destrepes... y el primer rápel. Vertical, caudaloso, intenso, de unos 25 metros. Lo dejamos equipado en un árbol y descendemos. Abajo nos espera un pasillo completamente repleto de espuma, con dos resaltes inabordables con este caudal. Flanqueamos por la derecha, y en una pequeña repisa dejamos un parabolt. Mientras recojo el taladro, Didi monta el rápel y supera el pasillo. Le sigo, y en el segundo resalte se acaba mi descenso. Entro en la vena, me desequilibro, se me encaja el pie entre dos bloques, el agua me empuja... y mi rodilla hace crack, aunque aún no lo sé. Es al dar unos pasos cuando mi rodilla se flexiona por donde no toca, y un intensísimo dolor me dice que algo no va bien. Lo que viene a continuación es una escapatoria del barranco, un vuelo en helicóptero, un viaje al hospital, una escayola, unas muletas, una operación, un mareo contínuo por parte de la mútua de la federación, y una rehabilitación que me llevará un tiempo todavía. Y lo que más duele: la cancelación de un par de viajes en octubre y noviembre que llevaba esperando todo el año, y que habrá que aplazar a 2015. En fin... Como suele decirse, los barrancos no se van a mover de allí.

¿Qué barranco estábamos abriendo? Cuando acabemos el trabajo os lo diré.


unos días después, sobrellevando la lesión












BARRANC DE SANT HONORAT

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El hecho de estar lesionado supone que, durante una temporada, no tendré nada nuevo sobre lo que escribir por aquí. Sin embargo, eso no significa que el blog vaya a estar inactivo: toca tirar de archivo -y de ingenio- y rescatar esos descensos que por uno u otro motivo no reseñé. Vaya, ahora va a empezar a colgar descensos de esos que no valen nada, pensaréis. Bueno... intentaré que no sea así. No estoy tan desesperado.

El primero de este remember será el barranco de Sant Honorat, aprovechando que el pasado día 8 de diciembre se cumplieron veinte años de su apertura por Edu Gómez y Alfons Haro. Se trata de un pequeño descenso situado en la comarca leridana del Alt Urgell, a pocos kilómetros de la población de Oliana. Junto a otros compañeros, lo descendí en febrero de este año, mientras preparábamos el Encuentro de Espeleología y Cañones 2014 que se celebraría en la Seu d'Urgell en julio. Finalmente se decidió limitar el libro del encuentro a los descensos inéditos de la comarca, y el Sant Honorat quedó fuera.

las rocas de Sant Honorat, vistas desde el otro lado del barranco de Rumbau































el barranco de la Roca del Corb y su arco de roca
El barranco se encuentra en las rocas que llevan su mismo nombre, un pequeño macizo de conglomerado. En él, el agua ha excavado los barrancos de Sant Honorat y de la Catedral, que caen sobre el barranco de Rumbau, a los pies de estas rocas. El Rumbau recibe también al barranco de la Roca del Corb, que cae sobre él desde el lado opuesto.

Al norte del macizo aún hay un par de descensos más; sin embargo, el Sant Honorat es posiblemente el más interesante de todo el grupo. El recorrido tiene de todo: cuatro rápeles en total, un pasillo muy estrecho e incluso unos metros de cauce subterráneo. Es corto, apenas unas dos horas, y por ello no llega a tener demasiada entidad... pero la jornada puede redondearse combinando el Sant Honorat con uno o varios de sus vecinos. En cualquier caso, estamos ante un conjunto de barrancos secos, de manera que lo mejor es reservar estos descensos para jornadas de otoño o invierno en las que no apetezca ponerse el neopreno.


El acceso es largo en relación a la duración del descenso, aunque las vistas son bonitas. Nosotros escogimos una aproximación alternativa que invierte más o menos el mismo tiempo que la habitual, de manera que más abajo me limitaré a detallar el acceso normal.
aproximación alternativa, llegando desde la Roca del Corb -que puede vese detrás-


Finalizada la aproximación, vengamos por donde vengamos, el descenso se inicia, sin más preámbulos, con un rápel desde un arbolito al interior de una grieta muy estrecha, en la que tendremos que avanzar de lado y sin mochila mientras sorteamos varios bloques empotrados. 

rápel de 10/12 metros al interior de la grieta
estrecheces del pasillo inicial


Tras este pasillo, el barranco se abre. Superaremos una rampa y un breve tramo boscoso y alcanzaremos otro paso curioso: una grieta aún más estrecha que la anterior conduce a un bonito tramo, oscuro y brevemente subterráneo, excavado en la roca. Este paso es evitable mediante un rápel de doce metros situado por encima y a la derecha de la grieta, pero no se me ocurre ninguna razón para saltarse estos breves oscuros.

la entrada a los oscuros, vista desde dentro...
...y la salida, con Kike rapelando desde fuera


Después llegaremos al tramo final, el más inclinado del descenso. Un pequeño rápel de unos tres metros nos conducirá a una fisura vertical de más de treinta metros. Destrepando o mediante un pequeño rápel auxiliar, alcanzaremos la reunión del rápel más alto del barranco (30 m), con el que finalizaremos las dificultades de este descenso propiamente dichas. No obstante, aún tendremos que superar un tramo de bosque y varios resaltes, e incluso algún pequeño rápel ya en el cauce del barranco de Rumbau, antes de encontrar el camino que nos permita quitarnos el equipo definitivamente.


R30m, último del Sant Honorat
superando unos resaltes ya en el barranco de Rumbau


Datos de interés

Cotación: v3a1II

Acceso desde: Oliana (Lleida)

Aproximación: Desde Oliana, saldremos en dirección a la Seu d'Urgell por la carretera C-14, y posteriormente nos desviaremos por la izquierda hacia Peramola. Al llegar a un desvío a la derecha, torceremos hacia el hotel-restaurante Can Boix, y aparcaremos en una explanada justo antes de llegar a él. Seguiremos a pie hacia el hotel, lo bordearemos por la derecha y seguiremos recto para el acceso habitual. La pista se convierte en sendero, supera un estrecho y llega al camino de Sant Honorat. Por este, bien indicado, ascenderemos fuertemente para luego desviarnos hacia el collado de Mu y la Roca del Corb y llanear en dirección a la entrada del Sant Honorat primero y del Catedral después. Tiempo, de 1 a 1h 30 min.

Combinación de coches: Posible, siguiendo una pista algo delicada que parte del pueblo de Peramola hacia el collado de Mu. En ese caso, la aproximación se reduce a 5 minutos.

Descenso: 2 h

Retorno: 1h  por el barranco de Rumbau, más 30 min. de sendero hasta el aparcamiento.

Material: cuerdas 2x30 m. Neopreno innecesario (barranco seco).

Observaciones; Primer rápel equipado en naturales; el resto, a base de parabolts.


GORGES DU LLITERA O DE TAURINYÀ

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Hace siete años abrí este blog con una breve entrada sobre las gorgas de Taurinyà, en los Pirineos Orientales franceses. El barranco me gustó mucho, de forma que hice una reseña e incluso un croquis de situación... sin embargo, el planteamiento de esta página era por entonces bastante distinto al actual. Así, zanjé aquella piada con cuatro líneas de texto y una presentación de fotos, y los datos exactos quedaron para mí, guardados en algún rincón del disco duro del ordenador. Estos días, rebuscando en los archivos, ha reaparecido esa reseña y me he dicho "¿por qué no?". No creo que repita este barranco en los próximos meses, así que para qué esperar...

Y es que el Taurinyà es uno de los descensos de los Pirineos Orientales de los que guardo mejor recuerdo. El Llech es difícil de superar, está claro, pero por detrás de este, la mayoría de barrancos de esa zona son juguetes cortos y poco exigentes. Este barranco en cambio, es más largo, tiene más trabajo y por lo tanto resulta más completo y deportivo, aunque la ausencia de saltos y toboganes limpios lo haga menos divertido. Esos detalles, junto a un acceso y un retorno largos en relación al tiempo de descenso, también hacen que sea un descenso menos frecuentado, más salvaje... y eso es un plus que para mí lo hace más atractivo. Puede que a muchos no les apetezca caminar casi dos horas para hacer un barranco, pero en este caso merece plenamente la pena, sobre todo si tenemos la oportunidad de disfrutar del barranco con un caudal medio-alto.

El resumen en imágenes es éste:


el primer rápel, de unos ocho metros
el segundo rápel, ocho metros más


los toboganes no son demasiado limpios
el descenso alterna zonas abiertas con otras engorgadas



los rápeles son bastante limpios y no tienen dificultad
roces curiosamente protegidos en este rápel de 18m




dos rápeles encadenados, de 12 m (visto desde arriba)...
...y de 14 m (visto desde abajo)


tobogán (!) de ocho metros, llegando ya al final del descenso


El paso clave del descenso es la última cascada, de unos cincuenta metros. Para superarla tendremos que montar dos rápeles. El primero, de unos 12-15 metros, supera un canalón inclinado que nos deja al borde del vacío y nos debe conducir a alguna de las dos reuniones del último rápel. Ninguna de ellas es visible desde arriba. En función del caudal y nuestros gustos, escojeremos la reunión derecha (en una pequeña repisa, rápel por fuera) o la izquierda (cruce de vena y rápel por el activo, ojo con caudal alto).


cruzando el canalón del primer fraccionamiento de la cascada final

Último rápel, desde la reunión izquierda orográfica. Esta obliga a cruzar el caño a pocos metros de la salida.


la última cascada, vista desde abajo
recogiendo las cuerdas del último rápel



Para saber más sobre la zona de Pirineos Orientales, podéis consultar esta entrada que escribí en verano del año pasado (ver).



Datos de interés

Cotación: v4a4III

Acceso desde: Taurinyà (Pirineos Orientales, Francia)

Aproximación: Desde Prades, continuar en dirección a la Abadía de Saint Michel de Cuxà, y desde allí al pueblo de Taurinyà. Pasada esta población, seguir dirección Fillols, hasta el collado de Millères, donde dejaremos el coche. Ya a pie, tomaremos la pista de tierra que pasa junto al camping Les Sauterelles y asciende en dirección al refugio de Balatg. Seguiremos por ella hasta la curva número 12, amplia y a la derecha, que podremos reconocer por la marca “T12” pintada en azul en un árbol, y por la señal de párking. Existe un sendero que también nos llevará hasta ella, cortando las curvas de la pista.  Desde aquí, y por la izquierda, tomaremos un sendero que desciende y luego gira a la derecha. Atravesaremos una zona pedregosa, y al llegar a un pequeño afluente descenderemos hacia el cauce. Tiempo, 1h 45 min.

Es posible realizar el descenso de la parte superior; para ello, es necesario continuar por la pista hasta alcanzar el refugio de Balatg, desde el cual se accede al cauce. La explicación de esta parte puede consultarse en la guía Descenso de Cañones. Pirineo Oriental, Tomo I de Edu Gómez, recientemente reeditada.

Descripción: Descenso sin zonas muertas, en el que se encadenan una decena de rápeles, resaltes y algún tobogán. Destaca la última cascada, de unos 45-50 metros, fraccionada en dos rápeles (15+30). Para el segundo, disponemos de instalaciones a izquierda y derecha, a escoger según el caudal. Tiempo, de 3 a 4 horas.

Retorno: Después de la última cascada, y al nivel de un gran pedregal en la orilla derecha, subiremos por las rocas de la izquierda: encontraremos un sendero que continúa paralelo al río. Atención, no coger un primer sendero que sube en zig-zag justo después de la cascada: nos llevaría nuevamente a la curva nº 12. Por nuestro sendero, descenderemos y cruzaremos el río, primero a la derecha y luego definitivamente a la izquierda. Ganaremos altura y pasaremos dos pequeños collados. Al llegar a una primera bifurcación, ignoraremos el sendero que asciende (izda.), y seguiremos el que desciende (dcha.), dando la sensación de que volvemos al río. Por aquí, dejaremos un sendero que se nos unirá por la derecha, y cruzaremos un afluente. Al llegar a un collado, tomaremos el sendero que asciende por la izquierda, y que nos llevará al camping y al collado de Millères. El sendero de la derecha también conduce al camping, pero inicialmente desciende y luego recupera la altura perdida en una fuerte y prolongada subida. Tiempo, 1 hora.

Combinación de vehículos: En caso de disponer de dos vehículos, y si encontramos la pista abierta a la circulación rodada, podemos continuar con el segundo hasta la misma curva nº 12, donde hay espacio para aparcar.

Material: cuerdas 2x35 metros, neopreno completo

Caudal: Permanente e importante en deshielo, atención.

Escapes: Antes de la última cascada, sendero a la derecha (no comprobado).

Observaciones: Barranco sometido a la reglamentación específica de la zona. De acuerdo con la arrêté préfectoral de 27 de junio de 2001, el descenso está permitido del segundo sábado de marzo al tercer domingo de septiembre, entre las 07 y las 17 horas. Fuera de ese periodo y horarios, el descenso está prohibido.



MONTSERRAT: MIENTRAS LLEGA EL BUEN TIEMPO

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El invierno nunca ha sido una época demasiado propicia para el descenso de barrancos. A pesar de que en las reseñas de bastantes cañones figura que su época ideal es "todo el año", en enero generalmente no apetece demasiado enfundarse el neopreno. Y aunque de un tiempo a esta parte el barranquismo invernal o glaciar ha pasado a ser una especialidad más del barranquismo, no dejará de ser algo minoritario.

un servidor, en el torrent Fondo hace unos años
Sin embargo, muchos no se resignan a cerrar la temporada en octubre y reabrirla en abril. Para todos aquellos que no pueden soportar estar varios meses sin barranquear, pero que huyen del agua fría como gato escaldado, siempre quedarán los barrancos secos. Sí, no son lo mismo... pero al menos sirven para calmar el ansia y mantener abierta la temporada todo el año.

En Cataluña, si hay una zona que alberga un buen número de barrancos secos es la montaña de Montserrat. Su relativa cercanía a la costa y su baja altitud hacen que las temperaturas sean más agradables que en el Pirineo, y difícilmente encontraremos nieve o hielo. Y para colmo, está a media hora escasa de Barcelona y su área metropolitana, y a pie de autovía. Muy accesible para un gran número de barranquistas.

mapa de la zona con la situación de los canales equipados para el descenso - cartografía del ICGC


El Santa Caterina, de noche. ¿Llega?
Los descensos de esta zona, eso sí, tienen un carácter propio. Montserrat es un macizo de conglomerado que no tiene cursos de agua activos: tan solo torrentes que recogen el agua de lluvia y se mantienen secos practicamente siempre, con alguna poza de agua estancada y poco más. Por ello, salvo excepciones hablaremos de descensos poco o nada pulidos y algo o bastante vestidos. En fin... no se puede tener todo.

Sin embargo, las posibilidades de completar estos barrancos con otras actividades son casi infinitas... El macizo está cosido a vías de escalada y ferratas tan conocidas como la Teresina.

Tampoco podemos olvidar que Montserrat es una zona natural protegida con el rango de Parque Natural. En 2008, el patronato del parque aprobó una extensa regulación sobre la que escribí en su momento, y que puede consultarse aquí.




Los descensos
 
Dicho todo esto, vayamos al grano. Éstos son, bajo mi criterio personal y a grandes rasgos, los descensos más destacables del macizo:


Torrent dels Caragols

Aunque pertenece a un sector de Montserrat considerado como cara norte en la bibliografía, en realidad este torrente discurre hacia el sureste. Alterna zonas vestidas y abiertas con otras más encajadas y formadas. El tramo final, el más característico e interesante, está formado por un caos de bloques colgados en el interior de una chimenea. Esos bloques crean una especie de cueva por cuyo interior progresaremos y montaremos varios rápeles.

Zona: Can Maçana-Frares (cara sur)
Aproximación: 1 h 15 min, tanto desde Can Maçana como desde el Bruc
Descenso: 1 h 30 min a 2 h
Retorno: 1 h 45 min a Can Maçana; 35 min al Bruc
Rápel más alto: 42 m

En 2007, tras descender este barranco, escribí en el blog la correspondiente crónica y posteriormente colgué su reseña.

uno de los rápeles iniciales, más abiertos
Frank, progresando bajo techo en la chimenea final




salida del rápel de 30 metros, punto final del Tres en Raya
Canal Roja (Tres en Raya)

Junto con el Sajolida, el descenso más conocido y seguramente el más transitado de Montserrat. Y es por algo: en su completo recorrido encontraremos pasillos estrechos y tramos verticales, rápeles cortos, largos e incluso un volado final. Vale la pena. Recientemente ha sido reequipado con la colaboración de la FEEC, por lo que ahora mismo debe encontrarse en perfectas condiciones en todos los sentidos.

Zona: Collbató-Can Jorba (cara sur)
Aproximación: 1 h
Descenso: 2 h 30 min
Retorno: 10 min
Rapel más alto: 30 m

Para conocer con más detalle la Canal Roja, podéis consultar en este mismo blog esta entrada de 2009.
 




Canal del Migdia (Joc de l'Oca)

descenso nocturno de la Canal del Migdia
Otra canal con tramos bien formados, en esta ocasión equipada tanto para el ascenso como para el descenso. Cae hacia el sur en paralelo a la Canal Roja, de manera que es una buena idea combinar ambas, ascendiendo por el Joc de l'Oca para, una vez arriba, descender por aquella.  Como de los que reseño aquí, es de los de menor entidad, para darle algo más de gracia nosotros lo hemos descendido de noche en alguna ocasión. 

Zona: Collbató-Can Jorba (cara sur)
Aproximación: 1h 20 min
Descenso: 1h 30 min
Retorno: 15 min
Rápel más alto: 15 m



Clot de Sajolida

Posiblemente estamos ante el mejor descenso del macizo, el más formado e interesante, con bastantes rápeles, marmitas pulidas y tramos bien encañonados. Por desgracia, también es el más inaccesible: debe pedirse autorización para descenderlo, y sólo se permiten 10 personas/día (ver). Fuera del período comprendido entre el 15 de agosto y el 15 de noviembre no se conceden permisos. El descenso puede alargarse por arriba, entrando por el torrente de Bugaders, y por abajo, continuando por el torrente del Pont. Merece una visita. 

Zona: Collbató-Vinya Nova (cara sur)
Aproximación: 1h 30 min
Descenso: 3 a 4 h
Retorno: 35 min
Rápel más alto: 21 m

el Sajolida presenta tramos estrechos y bien pulidos
el tramo final es el más vertical del descenso




rapelando en el Santa Caterina
Torrent de Santa Caterina o de la Font Seca

Descenso poco o nada formado que cae sobre el merendero próximo a las cuevas del Salnitre. Es uno de los torrentes más largos de Montserrat, y su recorrido íntegro puede llevar unas cinco horas. Sin embargo, la parte más vertical, deportiva y contínua es la última. Ese tramo final, tan corto como el Joc de l'Oca, también se presta a los descensos nocturnos.


Zona: Collbató-Serrat de les Garrigoses (cara sur)
Aproximación: 35 min (parte inferior)
Descenso: 1 h 45 min (parte inferior)
Retorno: 10 min
Rápel más alto: 25 m

El torrente está equipado tanto para su ascenso como para su descenso. Podéis encontrar la reseña, fotos e información más detallada de la parte inferior en esta entrada.

 

al pie del último rápel, en el paso de la Barra
Torrent Fondo

Torrente menos conocido que sus vecinos, pero que no desmerece. Tiene tramos estrechos y ocho rápeles con bastante continuidad. El último de ellos supera un caos de bloques encajados en una vertical tras un flanqueo algo aéreo.

Este corto recorrido también está equipado para hacerlo de forma ascendente.


Zona: Collbató-Serrat dels Monjos (cara sur)
Aproximación: 1 h 30 min
Descenso: 1 h 15 min
Retorno: 35 min
Rápel más alto: 12 m







rapelando junto a las cadenas que permiten el recorrido ascendente




Torrent de Santa María o Vallmala

rápel en el inicio del tramo inferior
Este descenso, único de los que reseño que no se encuentra orientado hacia la cara sur del macizo, tiene un largo recorrido y pasa por la zona más humanizada de la montaña. Su parte superior es interesante, estrecha, sinuosa y bien formada en alguno de sus tramos, y finaliza junto al monasterio. Su parte inferior tiene un carácter más abierto y vertical, menos interesante, parte de la estación inferior del funicular y discurre hasta la carretera en buena parte bajo las cabinas que vienen y van. Como curiosidad, ambos tramos quedaban conectados por la canalización subterránea del torrente, que cruzaba por debajo de la plaza central del monasterio mediante un túnel.  Por desgracia, desde que el patronato estableció la regulación actual ese túnel y el tramo superior están prohibidos, y sólo es posible descender la última parte.
 
Zona: Monasterio (cara noreste)
Aproximación: 10 min desde la estación superior del funicular.
Descenso: 3 h 30 min
Retorno: inmediato
Rápel más alto: 30 m

Encontraréis más información de este torrente en la entrada que escribí en su momento sobre él.



con la prohibición del tramo superior, se ha perdido...
...la posibilidad de recorrer la parte más interesante



Otras posibilidades

la balma de Can Solà
Además de los torrentes que he destacado en estas líneas, hay muchos otros equipados para ser descendidos (Xacó, Gat, Pas de la Panxa, Misser, Lloro, etc.), de longitud, estética e interés diversos. Algunos, como el torrent de la Cova, apenas tienen recorrido y su interés es más paisajístico que deportivo; en este caso, el finalizar en la balma de Can Solà, la más grande de Cataluña con sus tres mil metros cuadrados.

Por último, desgraciadamente debemos descartar algunos descensos, que quedaron prohibidos con la regulación de 2008. Es el caso de la Coma dels Naps en la cara sur, y de dos torrentes de la cara norte: el Jom-Urquiza y el vertical M-80. Los tres están incluídos en el mapa que habéis visto más arriba, pero sólo con la intención de dar su localización aproximada.




Bibliografía


Si os han interesado los descensos descritos podréis encontrar más información sobre ellos, de forma dispersa, en internet... o bien acudir a la librería. Para moverse por la montaña de Montserrat con soltura, recomiendo las siguientes obras en papel:
  • Canals equipades, vies ferrades i altres racons equipats del Parc Natural de Montserrat. Lídia Ill e Iván Fernández, Publicacions de l'Abadia de Montserrat, 2010 (en catalán). Recopilación exhaustiva de los diferentes recorridos por la montaña, con topografías detalladas y toda la información necesaria.
  • Mapa - guía excursionista Montserrat, 1:5.000/1:10.000. Ed. Alpina, 2009 (en castellano, catalán e inglés).



BARRANCO DE TRÁSITO INFERIOR

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No me gusta demasiado repetir descensos. Sin embargo, a medida que pasa el tiempo eso es algo que, por motivos obvios, cada vez es más difícil. El Trásito inferior, un barranco sencillo y de escaso caudal, era uno de esos descensos para los que nunca había encontrado el momento y seguía en mi lista de pendientes. Por suerte, cada barranco tiene su momento... y el retorno a la actividad después de una lesión parecía el adecuado para él. Por ello, y tras una primera toma de contacto con la actividad entre semana, el 10 de mayo pasado salí con David a hacer un poco de rodaje... y este barranco fue nuestro primer objetivo.

El Trásito interior es un descenso clásico, uno de los mejores del Pirineo Aragonés en conjunto. No es un descenso difícil: al contrario, los rápeles son de escasa entidad y fácil ejecución, no tiene pasos técnicos y el caudal no supone ningún problema en las condiciones habituales. Ese elemento, el caudal, es el factor que va a condicionar el recuerdo que nos llevemos del descenso, ya que sólo lleva un volumen normal a principios de temporada. En pocas semanas, pasa a llevar un hilillo o directamente nada... y sin agua, su interés y belleza disminuye considerablemente.

El barranco está formado por dos partes diferenciadas. La primera es más estrecha, engorgada y pulida, y está formada por una sucesión de marmitas y resaltes que incluso permiten algún que otro salto controlado. La segunda es más abierta y vertical, con varias rampas que dan lugar a rápeles más largos (de hasta unos 25-30 metros) y algún paso característico, como una gran visera de roca.

El descenso en sí no tiene mucho más que decir, así que aquí van unas fotos, y más abajo, algunos datos de interés.

el paso bajo la carretera marca el inicio del descenso
resaltes y marmitas de la primera parte

la visera, uno de los pasos más característicos
el rápel más largo del descenso (30m teóricos, 23m reales)

rápeles sencillos y de escaso caudal normalmente
la segunda parte es bastante soleada

un último rápel y a caminar en busca de la salida

Datos de interés

Cotación: v3a2II

Acceso desde: Aínsa (Huesca)

Aproximación: Desde Aínsa, saldremos en dirección a Bielsa y Francia por la carretera A-138. Pasado Hospital de Tella, tomaremos un desvío a la izquierda que conduce a Tella. A los ocho kilómetros tomaremos una pista a la izquierda que conduce a Estaroniello. Justo antes de entrar en este pequeño núcleo, encontraremos un aparcamiento en el que dejar el coche. Luego, ya a pie, tomaremos un sendero que parte de la pista junto al parking. Este asciende sin pausa hasta alcanzar la carretera de Revilla. Siguiéndola hacia la izquierda llegaremos a una granja, en una curva bajo la que cruza un riachuelo: es nuestro barranco. Tiempo de acceso, 1 hora.

Descenso: de 2 a 3 horas

Retorno: Las guías dicen que el retorno es inmediato, y eso no es del todo cierto... Tras las últimas dificultades, hay que caminar por el cauce durante unos cientos de metros y un buen rato, hasta encontrar un sendero por la derecha que conduce a Estaroniello y al aparcamiento, ahora sí, de forma inmediata.

Material: Neopreno completo o sólo peto según época; cuerdas, 2x30 metros.

Época recomendada: Primavera, o lo encontraremos seco.

Lo mejor: barranco entretenido y bonito de principio a fin

Lo peor: lleva agua sólo a principio de temporada


Fotos: David Sánchez, Xavier

BARRANC D'ERTA

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No. Definitivamente, no me gusta demasiado repetir descensos. Sin embargo, cuando mis amigos vienen a verme y pretenden descubrir alguno de esos barrancos que quedan a quince minutos de mi casa, no acostumbra a importarme demasiado.

El Erta es uno de esos cañones que, por distancia, podría bajar una vez a la semana... pero exige combinación de coches y no es rápido de hacer. Por ello, y supongo que por otros motivos que no me vienen ahora a la cabeza, hasta este mes sólo lo había bajado una vez. Para repetirlo, pues, sólo necesitaba como excusa que me visitaran un par de amigos: primero David, y unas semanas después, Frank. Con el primero tuve la suerte de encontrarlo bastante animado gracias al deshielo. Y con el segundo, tres semanas después, lo encontré igual o mejor tras los veintiséis litros por metro cuadrado caídos la noche anterior. Tres repeticiones, y las tres con caudal alto... es mejor que no lo vuelva a bajar: no voy a conseguir mejorarlo. O puede que sí...

Así pues, en estas últimas semanas he bajado dos veces el Erta en unas condiciones inmejorables. Estamos hablando de un descenso disfrutón y bonito, con pasillos estrechos, giros, paredes pulidas, saltos y toboganes de baja altura y un par de rápeles obligados (¿quizá solo uno?), que en condiciones normales sirve para la iniciación y deja un buen sabor de boca. Con caudal alto, muchos de los resaltes de la zona estrecha generan pequeñas contras, e incluso algún que otro rebufo y drosage... y puede ser necesario montar un par de rápeles más.


resalte de entrada, no destrepable con caudal alto
un par de resaltes y entramos en un pasillo estrecho


un tobogán que, con caudal alto, quizá es mejor rapelar

El barranco empieza con un pasillo salpicado de pequeños resaltes, por el que normalmente avanzaremos sin contratiempos hasta llegar al primer rápel obligado. Sin embargo, con caudal alto hay dos pasos en que la cuerda puede venir bien: al principio de todo, en un resalte de unos dos metros, y algo más adelante, en un tobogán muy canalizado. En el siguiente resalte hay otra instalación, pero no vimos necesario utilizarla.


Este tramo inicial, con sus estrecheces y sus resaltes, recuerda a su vecino Viu de Llevata. De hecho, estos descensos son muy similares, aunque el Viu tiene más entidad y longitud.





accediendo a un pequeño resalte, con un umbral estrecho y un tronco empotrado que parece cerrarnos el paso

uno de los pequeños pero divertidos toboganes que salpican el descenso

El barranco se abre un poco y llegamos al primer rápel obligado del descenso sea cual sea su caudal. El agua rodea un bloque y se precipita por ambos lados: igualmente, nosotros tendremos que escoger por qué lado bajar. Con caudal alto, por la izquierda podemos tener problemas, así que es mejor escoger el pasamanos y los parabolts que encontraremos a la derecha.


Frank, a punto de descender este rápel
la recepción del rápel mencionado


















A continuación, un par de saltos, unos resaltes y un tobogán nos conducirán hasta el que habitualmente es el segundo rápel. Durante años esta cascada fue saltable, pero hará un par de temporadas se enronó y pasó a cubrir por las rodillas. Este año parece que vuelve a cubrir, pero no hemos comprobado si la profundidad es suficiente. Mucho ojo.


un pequeño salto
recogiendo cuerda tras el "segundo" rápel

Ahora sí, la parte deportiva se ha acabado. El barranco se abre primero durante unas decenas de metros, para luego volver a encerrarse en un pasillo estrecho pero sin dificultades. Tras él, podemos dar por terminado el descenso en sentido estricto: lo que nos queda es progresión por abierto, resaltes y un salto de un par de metros hasta dar con el camino de salida.




Datos de interés

Cotación: v2a2II

Acceso desde: el Pont de Suert (Lleida)

Aproximación: Saldremos del Pont de Suert en dirección a la Pobla de Segur (ctra. N-260), y tras el cruce de Malpàs, cruzaremos dos puentes. Pocos metros después del segundo, aparcaremos a la derecha el primer coche, y con el segundo volveremos atrás. Tomaremos el desvío a Malpàs primero, y más adelante, seguiremos por la derecha hacia Castellars, Erta y Sas. La carretera asciende sinuosa, y al llegar a la entrada a Castellars se convierte en pista. Seguiremos subiendo, y a unos ochocientos metros nos desviaremos a la derecha por una pista de tierra rojiza. Está en mal estado, pero se puede transitar con un turismo. Tras una bajada, llegaremos a un collado y la pista gira a la izquierda. Aparcaremos aquí, y ya a pie, seguiremos la pista menos rodada que siguie hacia la derecha. Después de ascender un poco, la pista llanea, cruza un cercado para ganado y baja a un nuevo collado. Una línea eléctrica cruza la pista: entraremos en los prados de la izquierda y seguiremos sus postes, para tomar un sendero poco trazado que desciende por entre el bosque. Cerca de un abrevadero, tendremos que saltar un cercado para seguir la senda, que tiende a la derecha, y bajar al río. Tiempo: 45 minutos.

Descenso: 1 hora de tramo deportivo, y una hora más de río hasta alcanzar el sendero de salida.

Retorno: Después de las últimas dificultades, progresaremos por río abierto durante un buen rato, hasta encontrar un sendero en la orilla derecha que, siguiendo una antigua y casi desaparecida acequia, nos sacará a unos prados. Atravesándolos hacia la derecha, saldremos a un puente sobre la carretera, ya cerca del coche. Tiempo: 15-20 minutos del principio del sendero al aparcamiento inferior.

Material: neopreno completo, cuerda 1x20

Época: primavera, una vez el deshielo lo permita

Lo mejor: unos estrechos pulidos, bonitos y entretenidos

Lo peor: el tramo de río abierto una vez finalizado el tramo deportivo

el valle de Malpàs, un rincón olvidado de la Alta Ribagorza. En lo alto, el pueblo abandonado de Erill Castell.


GORGES DE LA BESSE

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Algunos años pasa. Una película magnífica llega a los Oscar y se queda sin premio porque, justo ese mismo año, coincide con alguna obra maestra que acapara los galardones. ¿No os habíais fijado? Pues eso mismo pasa con algunos descensos. Hay buenos barrancos, de interés, deportivos y estéticos, que se ven relegados a un segundo plano por estar demasiado cerca de alguno de esos grandes clásicos que eclipsan a todos los demás.

El valle de Ossau, en los Pirineos Atlánticos franceses, no es una zona que me quede demasiado cerca. Aún así, la he visitado varias veces... pero siempre para hacer el espléndido Bitet y, de segundo, alguno más. De esta manera, un barranco como las gorgas de la Besse seguía, a estas alturas, siendo un desconocido para mí. A pesar de que la topoguía número 2 de Patrick Gimat, que las recoje bajo el nombre de Arrèc de Lusque, hace años que adorna mi biblioteca.

Había que poner remedio a eso, y la solución llegó hace unos días, casi sin pretenderlo. Buscando un destino en el que pasar un fin de semana sin repetir los mismos barrancos de siempre, a la Besse le llegó por fin su oportunidad. Por una vez el Bitet, la gran estrella, iba a quedar en un segundo plano.

¿Valió la pena? Para mí, desde luego que sí. El barranco es largo (1400 m de recorrido), pero a pesar de ello, muy contínuo. El inicio presenta tres breves tramos de progresión por río, pero todo lo que viene detrás te los hace olvidar rápido. No es un barranco divertido, no hay toboganes ni saltos, pero una vez empieza la fiesta, ésta no para hasta el final. Los rápeles se suceden uno tras otro, con pocas pausas, hay que montar bastantes pasamanos, y los troncos que se cruzan en nuestro camino obligan a afinar las maniobras y las recuperaciones de cuerda. Es uno de esos descensos que te hacen trabajar, y que a mí, particularmente, me dejan muy satisfecho. Con caudal bajo, puede acabar haciéndose pesado. Con caudal alto, a pesar de todo, también... ¡pero las fotos quedarán mucho mejor!

Luego, además, puedes tener suerte. Suerte no sólo de encontrar un caudal perfecto o no tener que hacer cola tras otros grupos, sino también de ver cosas poco habituales, como un gran nevero al inicio del descenso.

Vamos con el resumen en imágenes:


enorme nevero al principio del descenso, a través del cual el río ya se ha abierto camino

uno de los primeros rápeles, de poca altura
el barranco se estrecha enseguida, ganando enteros


los troncos están por todas partes...
...y ponen realmente difícil ejecutar algunos rápeles


a la que el barranco se abre un poco, los tonos verdes se imponen

hacia la mitad del barranco, éste se estrecha...
...y gana en intensidad


se suceden varios rápeles en un pasillo estrecho...
...con poca visibilidad de las recepciones


estamos en la zona más intensa...
...y como siempre, hay que vigilar con los troncos


luego el barranco se abre ligeramente...
...y cascadas más abiertas nos llevan hasta una presa

De las dos salidas posibles, nosotros tomamos la primera. A partir de la presa, continuar supone más de lo mismo, pero con menos agua. Quizá la próxima vez.


Datos de interés

Cotación: v4 a3 V

Rápel más alto: 25 m

Acceso desde: Laruns (Pirineos Atlánticos, Francia)

Aproximación: Saldremos de Laruns en dirección al collado del Portalet y la frontera (Ctra. D934), y pasaremos la población de Eaux Chaudes. Al poco, la carretera cruza un puente y salta a la orilla izquierda orográfica de la gave de Ossau. Unos metros más allá, junto a una caseta blanca, sale una pista asfaltada con carteles y marcas de GR. La tomaremos y dejaremos el primer coche junto a la cadena que corta el paso, en apenas 50 metros. No hay demasiado sitio para aparcar.

Vistas de las casas de Goust desde el acceso. ¿Véis el segundo coche?
Con el segundo vehículo volveremos a la carretera y seguiremos avanzando en dirección a la frontera, para tomar tras unas curvas el desvío que, por la derecha, lleva a Goust. Encontraremos dos bifurcaciones en las que siempre continuaremos por la izquierda, y en unos prados, veremos un nuevo cruce. Aquí dejaremos el segundo coche, procurando que no moleste (apenas caben cuatro vehículos). La combinación de coches es obligada.

Una vez a pie, desde el cruce ascenderemos por la izquierda, dejaremos atrás una casa y continuaremos por el sendero GR que conduce a las cabañas de Lusque (Oeste). El ascenso es pronunciado, pero las vistas compensan. Al llegar arriba saldremos del bosque: aquí abandonaremos el sendero y, por su derecha, cruzaremos un prado. Al final del mismo encontraremos un camino poco trazado, con marcas numéricas, que desciende hasta el inicio del descenso. Tiempo de la aproximación a pie, 1h 15 min.

Descenso: 6 h

Retorno: Si abandonamos el descenso al llegar a la presa, tomaremos un sendero por la derecha que nos acabará sacando a la carretera muy cerca del primer coche en unos 30 minutos. Si en lugar de ello seguimos hasta el final del descenso, al llegar a la confluencia con el Ossau lo cruzaremos y seguiremos el sendero GR (camino de Santiago) hasta Eaux Chaudes, también en unos 30 minutos.

Material: neopreno completo, cuerdas 2x30 (a valorar llevar cuerdas de más, por la facilidad con la que éstas se enganchan en las recuperaciones)

Lo mejor: su deportividad (treinta y tantos rápeles muy continuados) y su estética

Lo peor: lo mucho que resbala y la cantidad de troncos en el cauce (atención las recuperaciones de cuerda)



Fotos: David Sánchez, Xavier


GORGES DE BIOUS-GABAS

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En el valle de Ossau hay barrancos imprescindibles y completos, como el Bitet o la Besse; cortos pero interesantes, como el Canceigt o el Soussoueou... y también cortos y prescindibles, como el descenso del que hablaremos ahora. Con semejante carta de presentación, más de uno dejará de leer aquí mismo... Sin embargo, os animo a que no lo hagáis. Hasta del más insignificante descenso podemos sacar algo positivo. Y además, no me extenderé mucho.

Después de echar un vistazo a los caudales de otras opciones más conocidas y recomendables, para complementar al barranco de la Besse acabamos escogiendo descender las gorgas de Bious-Gabas. Ninguno lo habíamos descendido antes, de modo que al menos conoceríamos algo nuevo. Después de haberlo descendido, la descripción es ésta: el descenso consiste básicamente en superar algo más de un kilómetro de río, relativamente ancho en general y con tan sólo un par de estrechamientos puntuales separados entre sí. Las dificultades consisten en un par de rápeles al inicio, de hasta 9 metros, y en tres saltos, de los que el segundo no es nada recomendable por haber un árbol con sus ramas esperándonos en el fondo. Lo demás es progresión por río, un río de roca pulida y vegetación verde exuberante, pero progresión por río al fin y al cabo. A mí me recordó, por formación y cauce, al Barrosa (Huesca), aunque con menos agua. Y como en él, también hay una presa, aunque en este caso situada en el inicio.

El descenso no nos pareció gran cosa, pero aún así tuvimos suerte. Tras los dos rápeles iniciales encontramos un nevero enorme taponando el cauce. Bajo él, el agua había formado una cueva de hielo, y no quedó otra que meterse en ella para superar el paso. Algo que no se ve todos los días...


el segundo rápel: descenso junto a un enorme tronco

llegando al nevero: muchas toneladas de hielo todavía por derretir

el agua se ha abierto camino bajo el hielo, pero no se ha complicado la vida y ha excavado la altura justa

es muy bonito, pero mejor no entretenerse demasiado... por si acaso


En definitiva: descenso de iniciación sin apenas dificultad, a realizar sólo si ya conocemos las joyas de la zona y/o como complemento de éstas.



Datos de interés

Cotación: v2 a3 II

Acceso desde: Gabas (municipio de Laruns, Pirineos Atlánticos, Francia)

Aproximación: Viniendo de Laruns, y en dirección al Portalet y la frontera con España, cruzaremos el pequeño pueblo de Gabas. A la salida de éste y a la izquierda, dejaremos un primer coche en lo que parece el aparcamiento de un hotel abandonado. De no poder aparcar aquí, hay un aparcamiento público cien metros antes (pocas plazas). Con un segundo vehículo seguiremos adelante y tomaremos el desvío que por la derecha conduce al lago de Bious-Artigues. En un kilómetro, veremos a nuestra izquierda una pequeña presa. Doscientos cincuenta metros más allá encontraremos el aparcamiento de acceso.

A pie, volveremos atrás por la carretera para tomar el sendero que conduce al inicio del descenso en cinco minutos.

Si no disponemos de dos coches, no hay más que dejar el que tengamos abajo y recorrer a pie los dos kilómetros que separan Gabas del inicio del descenso.

Descenso: 1h 30 min.

¡el último tobogán, en el aparcamiento inferior!
Retorno: Progresando por el río, acabaremos llegando al puente de la carretera. Por la izquierda, subiremos a ésta casi delante del aparcamiento. 2 min.

Rápeles/más largo: unos 4 rápeles (alguno saltable), máx. 9 m

Material: cuerdas 1x20m, neopreno completo

Lo mejor: opción muy rápida para completar la jornada tras alguno de los grandes, o para iniciar a novatos

Lo peor: sabe a muy poco a los ya iniciados


Fotos: David Sánchez, Xavier


BARRANCOU DE SAUGUÉ SUPERIOR

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Silencio. El día está gris, y refresca. Dentro de la furgoneta, Oscar y yo aguardamos expectantes, sin decir palabra, sin mirarnos. La espesa niebla lo cubre todo, y absortos contemplamos como avanza veloz, pasa frente a nosotros y continúa su camino cauce arriba, como un tren que pasa de largo la estación. Por si la atmósfera no es lo bastante densa, se oye de fondo el graznido de un cuervo.

¿Mal presagio? Para nada. 

Hemos venido hasta Gavarnie con la idea de hacer el descenso integral del barranco de Saugué, posiblemente uno de los más técnicos del Pirineo francés, y su caudal es muy elevado. Ya lo sabíamos, pero al menos esperábamos que la meteorología fuera clemente...

El tren gris claro continúa avanzando sin pausa, pero la cantidad de vagones que arrastra es interminable. Después de casi media hora esperando, la niebla apenas se ha levantado un poco... La visibilidad es suficiente, de manera que decidimos poner fin a la espera. Bajamos de la furgoneta y nos asomamos de nuevo al pequeño puente en el que comienza el descenso. Es la hora. Practicamente a las doce del mediodía, nos preparamos y entramos al agua.

El barranco nos recibe con hostilidad. A pocos metros del inicio, su primer rápel cae sobre una recepción agitadísima, con un remolino y un rebufo que se confunden y entrelazan. Montamos nuestra primera mochila ancla... y no será la última.   


Cruzando el jaleo del primer rápel
Superado el paso, todo se ve más sencillo

Después de un par de rápeles más, el cauce se abre durante doscientos cincuenta metros, como si quisiera darnos la oportunidad de largarnos antes de que las dificultades vayan a más. Esquivamos este tramo por la orilla izquierda, ponemos en fuga a una marmota que protege su madriguera y volvemos a tiempo del siguiente rápel. A partir de aquí, es un no parar. No contamos los rápeles: bastante tenemos en cada cascada con valorar por dónde bajar, con leer los movimientos de la recepción, con intuir si cubre o no... y con disfrutar. Del ruido ensordecedor del agua, del planchazo para superar esa línea de cizalla, del ancla que te saca por los pelos del jaleo... ¡De estar y sentirse vivo, en definitiva!

¿Y la niebla? ¿Y el fresco? Ya no me acuerdo...


Casi todas las pozas son una lucha
Valorando el movimiento antes de saltar


La mayoría de los rápeles esquivan el activo, no hay más remedio

Un ancla salvadora que nos saca por los pelos del activo y su recepción

El segundo siempre baja más tranquilo
Salto para salvar un drossage y una potente contra




Todas las pozas tienen este aspecto
Salvando otro paso con un ancla, la enésima



Finalmente no hubo descenso integral. Varios factores -entre ellos la prudencia- nos hicieron dejar aquel día el Saugué a medias. La parte inferior es la más comprometida y difícil del barranco... Decidimos consultarlo con la almohada y volver al día siguiente, pero acabamos en el barranco de Tourettes. Quizá no tocaba.



Datos de interés

Fecha del descenso: 10 de julio de 2015

Cotación: v3 a3 III

Acceso desde: Gèdre (Hautes Pyrénées, Francia)

Combinación de coches: Posible, no necesaria (2,8 km)

Aproximación: Saldremos de Gèdre en dirección a Gavarnie por la carretera D921. Enseguida, en una curva muy pronunciada a la izquierda, tomaremos un desvío a la derecha con la indicación "Plateau de Saugué". Más adelante, en otro desvío torceremos a la izquierda siguiendo esa misma indicación, y avanzaremos por una pista asfaltada plagada de curvas hasta el pequeño pueblo de Saussa. Pasado éste, a la derecha veremos un espacio para aparcar, cerca del sendero señalizado por el que se vuelve del final del descenso. Con un segundo coche, o a pie, continuaremos carretera arriba hasta llegar al puente de Pountou, en el que empieza el descenso. Acceso inmediato con dos coches (30 minutos con uno).

Descenso: Barranco caudaloso y bien equipado, que tras un breve estrecho inicial y un tramo de río abierto se encajona definitivamente y mantiene su continuidad hasta el final. Los rápeles no son muy altos, pero las recepciones forman movimientos peligrosos y exigen técnica y conocimientos de aguas vivas. A programar, si es posible, junto a la parte inferior, realizando así una gran integral.

Retorno: Tras el último rápel, avanzaremos hasta llegar a la pasarela en la que se inicia el tramo inferior. Por la izquierda, tomaremos un sendero que nos devolverá a la carretera, muy cerca del aparcamiento. 15 minutos.

Rápel más alto: 25 m

Material: cuerdas 2 x 30m, neopreno completo

Lo mejor: Ejercicio completo de aguas vivas de principio a fin (con el caudal adecuado, claro).

Lo peor: en estiaje completo perderá algo de interés (pero no mucho).


Fotos: Giputxi, Xavier

BARRANCOU DES TOURETTES SUPERIOR

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Para los barranquistas, la estrella indiscutible del valle de Gavarnie es, gran cascada aparte, el barranco de Saugué. A principios de julio, Oscar y yo le hincamos el diente a la parte superior durante el sábado y el domingo, tras descartar a la fuerza los planes A y B, acabamos en el C: la parte superior del barranco de Tourettes.

el último rápel, de veinte metros
De entrada, he de decir que el descenso supuso para nosotros una decepción. No teníamos la topo, ni demasiada información, salvo que en descente-canyon le daban una puntuación de 3'0. Ese tres prometía más de lo que luego obtuvimos.

El barranco es alpino, y a partir de su mitad, la gran cascada de Gavarnie se deja ver al fondo del valle. El escenario es magnífico, pero el recorrido del descenso acaba sabiendo a poco al ser muy corto, dar poco trabajo y tener escaso compromiso.

El barranco empieza con una zona excavada, bien trabajada por las aguas pero de paredes bajas y dificultades esquivables. Recuerda a las fotos que he visto de algunos descensos de Suiza central. La alegría dura poco, y tras algún que otro rápel y estrecho, el descenso se ensancha. Nos esperan un par de cascadas de veinte metros y poco más de aquí al final.

Esperábamos más. Quizá nos hemos vuelto demasiado finos.

Dando un rodeo para acceder al descenso. El valle del Tourettes, desde el puerto de Boucharo

la recepción de una goulotte, al inicio del descenso
rápel sin peligro alguno


pasillo taponado por una acumulación de troncos
tramo abierto y sin aliciente, salvo las vistas de fondo


último y soleado rápel, apenas a unos metros del puente en el que muere la parte superior del descenso


Vistas durante el retorno. Aunque no compensan por sí solas el descenso, el escenario es majestuoso.


Datos de interés

Fecha del descenso: 12 de julio de 2015

Cotación: v3 a3 II

Acceso desde: Gavarnie (Hautes Pyrénées, Francia)

Combinación de coches: posible, no necesaria. 15 kilómetros

Aproximación: Con dos coches, dejaremos el primero en el aparcamiento del pueblo de Gavarnie, y con el segundo haremos una larga combinación, subiendo la carretera D923 hasta el collado o col de Tente. Aparcaremos aquí, y buscaremos un sendero que baja directo a la cabaña de los Soldados, en el fondo del valle. Aquí tomaremos el GR que resigue el valle río abajo, hasta llegar al evidente inicio del barranco (1 hora desde el Col de Tente). Si solo disponemos de un vehículo, lo dejaremos donde el primero, y junto a la iglesia del pueblo tomaremos el sendero balizado HRP en dirección al collado de Boucharo. Según las reseñas, por él llegaremos al inicio del descenso en 1h 30 min. o más. Nosotros hicimos la combinación de coches.

Descenso: 2h 30 min según reseñas. Nosotros lo bajamos en hora y media o menos.

Retorno: El descenso se abre justo pocos metros antes de llegar a un puente. Seguiremos el camino que lo cruza hacia la izquierda, y alcanzaremos la iglesia de Gavarnie en una hora.

Rápel más largo: 21 m

Material: cuerdas 2x25 m, neopreno completo

Lo mejor: ambiente alpino, vistas del valle de Gavarnie y su gran cascada

Lo peor: escaso compromiso; combinación, acceso y retorno largos para lo que es el descenso. Mala relación calidad/esfuerzo


Fotos: Giputxi, Xavier


TRES JUGUETES DEL VERCORS

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Durante estos últimos años, el rats team -el grupo de amigos barranquistas habituales del que formo parte- ha buscado, un verano tras otro, una zona en los Alpes en la que pasar diez o quince días bajando barrancos. Después de haber recorrido Alpes Marítimos, Ticino, Lombardía, Ossola, Córcega, etc., el año pasado nos fijamos en el macizo italiano de Dolomitas, en las montañas más orientales del país transalpino. No tuvimos suerte, el tiempo fue realmente nefasto y apenas bajamos tres barrancos allí. Por ello, a la hora de reunirnos para escoger el destino de 2015, el debate fue breve y la elección, fácil y rápida: Dolomitas otra vez. Merecía la pena un segundo intento, pero en el primero habíamos aprendido algo: los mil cuatrocientos kilómetros que separan Barcelona de Belluno son muchos para hacerlos del tirón. Por ello, esta vez decidimos que aunque iríamos directos a Dolomitas, la vuelta sería escalonada, parando unos días en otro destino barranquista. Para esa escala escogimos el macizo francés del Vercors, cercano a Grenoble y conocido por descensos tan clásicos e imprescindibles como el Ecouges.

pasamanos en un rápel del Infernet
Acerca de Dolomitas y sus barrancos intentaré escribir en profundidad en próximas entradas, de manera que, por una vez, empezaré el relato de mi último viaje por el final.

Así pues, después de haber estado una semana larga en Dolomitas, bajando todo lo que quisimos bajo un sol espléndido -ya os lo explicaré-, montamos en la furgoneta y nos trasladamos al Vercors. Una vez establecidos, y después de tomarnos un día de descanso, dedicamos tres jornadas a la actividad, en las que hicimos cuatro barrancos y, sin que sirva de precedente, una cueva. Al cuarto día, levantamos el campamento y pusimos rumbo a casa, no sin antes hacer una parada en los Alpes de la Alta Provenza para descender La Blache.

- Día 1: Ecouges, tramos I y II
- Día 2: Versoud Inferior y Grotte de Gournier
- Día 3: Furon Superior e Infernet
- Día 4: La Blache


De Ecouges y La Blache hay suficientes cosas que contar, y por ello tendrán su entrada propia en este blog. Los otros tres descensos son pequeños juguetes, lo bastante cortos y sencillos como para fusionarlos en un solo artículo, y por tanto, os dejo los datos básicos de cada uno a continuación. Si os parecen interesantes, más abajo encontraréis la información necesaria para pasar unos días en este rincón de los Alpes franceses.

Espero que os sea útil.


Canyon du Furon Superior (Furon Express) 

Barranco corto y técnicamente sencillo, apto para la iniciación por ello y por tener de todo: rápeles -de hasta 11 metros-, saltos, badinas que nadar, paredes altas y estrechas -sobre todo en su parte final- y agua verde esmeralda. En medio tiene un pequeño tramo de caminata por cauce relativamente abierto, que no llega a hacerse pesado aunque rompe la continuidad. Perfecto para combinar.

Cotación: v3a3II

rápel cruzando vena, más fotogénico que problemático
Acceso desde: Sassenage (Isère, Francia)

Combinación de coches: en teoría, no

Aproximación: Desde Sassenage, tomaremos la carretera D531 en ascenso, en dirección a Lans en Vercors. Dejaremos el coche en un aparcamiento a la izquierda de la vía, señalizado con un panel indicador referente al descenso. Desde allí, retrocederemos a pie siguiendo las indicaciones, y bajaremos al puente en el que comienza el barranco. 5 minutos

Descenso: 2 h

Retorno: Al final del descenso, y en el mismo cauce, encontraremos la vía ferrata que nos sacará a un sendero. Remontándolo hacia la derecha, volveremos al aparcamiento en unos 40 minutos. Este es el retorno que debe hacerse, pero a pesar de ello, en la práctica todo el mundo sale unos metros más abajo, por un sendero que, por la izquierda, nos saca del cauce en cuanto éste se abre, y que en apenas 10 minutos sale a la carretera, justo a una amplia curva de 180 grados con mucho espacio para aparcar. Ese sendero no pasa por ninguna casa ni cruza ninguna cerca, pero atraviesa una finca particular y su uso está prohibido. La ley es dura, pero es la ley.

Rápel más largo: 11 m

Material: Cuerda de 25 m, neopreno completo.

Lo mejor: completo y bonito

Lo peor: muy corto, posibilidad de aglomeraciones (empresas)

 
primer encajamiento, nada más empezar
el último rápel, un bonito aunque breve volado


 
Le Versoud Inferior 

Breve y lúdico descenso, con rápeles, saltos y algún que otro tobogán, todo ello en un ambiente encajado. El ambiente y la actividad es corta, aunque sostenida. Los rápeles más altos -15 metros- son saltables. 

Cotación: v3a3II

Acceso desde: La Rivière, Saint Quentin (Isère, Francia) 

Combinación de coches: no

Aproximación: Algo intuitiva. Desde La Rivière, entraremos en el pequeño núcleo de Lignet. Entre sus cuatro casas, sale una corta pista, de apenas 100 metros, que acaba junto a un establo o granero en ruinas. Aparcaremos ahí, y tomaremos un sendero que asciende rápidamente y que en diez o quince minutos conduce a la pequeña presa en la que empieza el barranco. Antes, al principio de la aproximación, podemos desviarnos brevemente a la derecha para evaluar el caudal desde un puente.

Descenso: 1h 30 minutos, menos si saltamos mucho.

Retorno: Por la derecha, un sendero claro nos devolverá al aparcamiento, pasando por detrás del edificio en ruinas. Inmediato.

Rápel más largo: 15 metros

Material: Cuerda de 30 metros, neopreno completo

Lo mejor: divertido, acceso y retorno inmediatos

Lo peor: muy frecuentado por las empresas de aventura, con lo que ello supone (gente, colas)

el rápel más alto del descenso es saltable
un guía francés, impresionando a sus clientes



Canyon de l'Infernet

De estos tres juguetes, el Infernet es sin duda el mejor. Un rápel de 28 metros, nada más empezar, conduce al fondo de un cañón estrecho, sombrío, muy bien formado, bello y de gran ambiente. Tiene varios rápeles, tramos de nado y algún togobán. Es menos juguetón que los otros dos reseñados, pero los supera, y con nota. Si aquellos pueden incluso ser prescindibles, éste es de visita obligada.  

el rápel de 28, una magnífica entrada a las profundidades
Cotación: v5a4II

Acceso desde: Quaix en Chartreuse (Isère, Francia)

Combinación de coches: no

Aproximación: Desde la localidad de Saint Egrève, cercana a Grenoble, tomaremos la carretera D105A en dirección a Quaix en Chartreuse. A punto de entrar en esta población, ignoraremos un desvío a la izquierda en dirección a Proveyzieux y cien metros más allá, justo después de la entrada a una casa, encontraremos a la izquierda un hueco apto para aparcar dos coches. Dejaremos aquí el vehículo, y tomaremos a pie la pista que sale a escasos metros y que pasa junto a una granja. Más adelante nos desviaremos a la izquierda, y tomaremos un sendero menos trazado que baja fuertemente por el bosque y conduce a la entrada del descenso. En ese desvío, el camino que viene de frente es el del retorno. 15 minutos.

Descenso: 1 hora

Retorno: Una vez acaba el descenso y el cañón se abre, por la derecha tomaremos un sendero sin pérdida que sube sin pausa hasta el desvío mencionado en la aproximación, y de allí al aparcamiento. 25 minutos.

Rápel más largo: 28 metros

Material: Cuerdas 2 x 30 metros, neopreno completo

Lo mejor: ambiente y encajamiento soberbios

Lo peor: algunos rápeles equipados con cuerdas fijas


tras el primer rápel, el barranco es muy sombrío
más adelante, algunos pasos son exhuberantes




Sobre Vercors


¿Cómo ir?

De Barcelona a Pont en Royans, por ejemplo, hay unos 580 kilómetros. La zona está bien comunicada mediante autopista y carreteras principales, por lo que el viaje en coche es una buena opción. Eso sí, contad con gastar unos cincuenta euros en peajes... En total, peajes y gasolina os puede salir por unos cien euros el trayecto. Una vez allí, el coste del combustible diesel es practicamente el mismo que en España en estos momentos (agosto de 2015).


¿Qué descender?

uno de los rápeles del Ecouges (tramo I)
Ya hemos visto los tres juguetes reseñados arriba, pero Vercors es bastante más. La estrella imprescindible de la zona es el barranco de Ecouges, dividido en dos partes: una superior, más técnica y vertical, y una inferior, más sencilla y lúdica. Además, hay otros descensos con buenas valoraciones en general, como el Ruzand o el Ruisant, en este caso grandes verticales. En cualquier caso, con lo que conozco me atrevería a decir que, para el barranquista clásico, que busca cañones con un cierto desarrollo, encajados y con agua, la zona en su conjunto presenta un interés medio. Si nos gustan las grandes verticales, en la zona y en sus alrededores encontraremos unas cuantas interesantes. Si lo que buscamos es una alta concentración de barrancos buenos y de una cierta entidad, ya puestos a hacer kilómetros es mejor desplazarse más al este, y emigrar a tierras suizas o italianas: lo bueno, en el Vercors, se acaba rápido.




¿Dónde dormir?

A lo largo de la carretera que recorre el oeste del macizo del Vercors, entre Grenoble y Pont en Royans, podemos encontrar varios campings. Algunos, como el Camping La Thullière (La Rivière), son poco más que un prado con un baño y una ducha (aprox. 6 € pers./día), mientras que en Pont en Royans hay un camping municipal más grande y aparentemente con mejores servicios. Nosotros optamos por el Camping du Chateau, en Beauvoir en Royans: pequeño, tranquilo y limpio, bien situado respecto a los barrancos de la zona, con buenas vistas sobre el valle y las ruinas de un castillo, y barato (aprox. 5 € pers./día). Lo recomiendo. 
 

las ruinas del castillo de Beauvoir en Royans, justo al lado del camping

¿Cuándo ir?

Buena pregunta. En abril. Ruzand, Versoud o Furon ya llevan caudal normal, pero otros barrancos siguen imposibles. Podemos plantearnos viajar a la zona a partir de finales de mayo o principios de junio, teniendo siempre en cuenta que en esas fechas descensos como Infernet o Ecouges casi seguro podrán hacerse, aunque muy posiblemente con caudal alto. Durante nuestro viaje (mediados de agosto), encontramos todos los descensos con caudal normal, agua corriente y pozas llenas y limpias.


Otros datos útiles

En el pueblo de La Rivière encontraréis una pequeña pero bien provista tienda de barranquismo: Aquatik Canyon. Reparan neoprenos, tienen a la venta gran cantidad de material específico (trajes secos incluídos) y un buen surtido de libros y guías de barrancos. Allí puede comprarse el libro 100 descentes de canyon autour de Grenoble, de Arnaud Astier. La obra es de este mismo año, y recoge todos los barrancos mencionados y muchos, muchos más, con una edición cuidada y completa.



BARRANQUISMO EN DOLOMITAS (II)

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increíbles colores en el tercer tramo del Vielia
El viaje veraniego del año pasado fue lo que un amigo llama un epic fail. Un fiasco, vamos. Dolomitas se incorporó a esa no sé si corta o larga lista de viajes que no salen bien a la primera. Por pura terquedad, este año decidimos repetir, aplicarnos todo lo que aprendimos sobre la zona el año pasado y volver al mismo sitio, al mismo camping y a los mismos barrancos, a esos que nos quedaron pendientes. Esta vez sí, fue todo rodado y pudimos bajar los mejores descensos de la zona, unos barrancos que hacen de Dolomitas un lugar a visitar de forma obligatoria. Esto es lo que bajamos:

  • Rio Ciorosolin. Uno de los mejor valorados tradicionalmente, a día de hoy completamente enronado por una crecida. Disfrutamos de unas condiciones atípicas y pudimos admirar los efectos de las fuerzas de la naturaleza, pero el peligro de caída de piedras no es una posibilidad: es una certeza. A pesar de que lo disfruté, no recomiendo el descenso. 
  • Gole di Soffia. Descenso magnífico, acuático y muy bien excavado. Más bonito que técnico, con una primera parte muy intensa, perfecta, y una segunda parte menos interesante.
  • Val Zemola. Otro gran clásico, sobre todo con caudal alto. El descenso tiene mucho ambiente, y su interés crece a medida que se avanza. Múltiples saltos, y agua muy fría.
  • Val Clusa. Barranco muy completo, con gran cantidad de rápeles muy continuados que nos hacen trabajar sin parar. Muy resbaladizo, sobre todo su tramo final.
  • Val Fogarè Inferior. Muy estético, bien formado, sinuoso y con unos magníficos oscuros. Tiene menos renombre que los anteriores y es más corto, pero es igual de imprescindible.
  • Val Vielia (tramos III y IV). La integral lleva de ocho a diez horas; los tramos tercero y cuarto, algo menos de la mitad. Lleva abierto pocos años, pero va camino de convertirse en un descenso clásico, sobre todo gracias al estrecho final del tercer tramo: uno de los pasajes más bonitos que he visto nunca en un barranco.

el R45 del Ciorosolin, peligroso a día de hoy
Soffia: llegando a la confluencia con el Pisson


un bonito puente de roca en el Val Zemola
espectacular salto de 15 m en el Fogarè inferior


rapelando junto al caño en el Clusa, posiblemente el barranco más completo de la zona



Tras esta entrada empezaré a desgranar uno a uno estos barrancos, pero antes hay que hacer una precisión: Soffia, Clusa y Fogarè inferior -entre otros- están dentro del parque nacional de los Dolomitas de Belluno... y por ello, están prohibidos.

Sólo por ese motivo yo no debería haberlos bajado, y de haberlo hecho, no estaría bien colgarlos aquí... Si hago una excepción a esas dos normas autoimpuestas (la de no bajar barrancos prohibidos, y la de no publicar sobre ellos) es por un único motivo: las mismas autoridades italianas no parecen creerse su propia normativa. En internet es fácil encontrar reseñas, vídeos y otra información de estos descensos. Eso me llamaba la atención desde hace tiempo, y una vez sobre el terreno es fácil entender por qué. Los barrancos de los que hablamos no están escondidos, no se encuentran en valles remotos ni en zonas solitarias. Al contrario, sus accesos y retornos pasan por entornos muy humanizados: parten de carreteras o aparcamientos públicos, pasan junto a bares y recorren caminos muy transitados por senderistas y turistas. A pesar de ello, los barranquistas se mueven por ellos sin ningún pudor, con todo el material bien a la vista y sin ningún impedimento. En todos los descensos teóricamente prohibidos encontramos colas. Si hay una normativa absurda, es aquella que nadie se encarga de hacer cumplir. Eso sí: sentido común. Si véis policías o forestales por allí, os recomiendo que no los pongáis a prueba. Sed discretos.

Dejémoslo aquí, que ya estoy hablando demasiado.

Para más información sobre la zona, sus posibilidades, alojamientos, etc... echad un vistazo a esta otra entrada del blog.

la Merche, cargada hasta los topes y lista para partir hacia Dolomitas


RIO CIOROSOLIN: UNA HISTORIA DE CRECIDAS

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La carretera de Belluno a Cortina d'Ampezzo avanzaba sinuosa, contorneándose mientras remontaba el amplio valle que el río Piave se ha entretenido en excavar, a lo largo de miles de años, en su camino hacia la laguna de Venecia. Al entrar en Longarone, pasó junto a unos feos bloques de pisos de hormigón. Poco más allá, nosotros la abandonamos para girar a la derecha y tomar otra carretera, más estrecha y retorcida, que se adentraba en un valle lateral, el de Vajont.

La carretera empezó a subir, y pronto, tras cruzar un túnel, salió a la luz a la altura de una presa. Había aparcamiento para autobuses, una oficina de información y un museo o algo parecido. El muro de la presa cerraba el valle en una zona encañonada y parecía muy alto. No se veía el fondo. Sin embargo, algo en ella ya me había llamado la atención el año pasado... Aguas arriba del muro no se veía justamente eso: agua. Mi mirada buscaba el embalse, pero no lo encontraba, y en el valle tampoco parecía caber mucha agua. ¿Dónde estaba? A pesar de todo, el lugar estaba lleno de turistas.

Sentía curiosidad, pero ni entonces, ni en los días siguientes, llegamos a parar allí y bajar de la furgoneta. Habíamos venido a lo que habíamos venido... y el objetivo de aquel día era el barranco de Ciorosolin, de manera que seguimos carretera arriba, a lo nuestro.

la presa del Vajont, vista desde aguas arriba

El río Ciorosolin fue el descenso con el que nos planteamos abrir nuestro segundo viaje a Dolomitas por ser, a priori, de los más cortos en cuanto a horarios totales. Tenía que ser una especie de aperitivo a los grandes clásicos, un calentamiento, pero acabó siendo no sólo igual de largo, sino el más comprometido de los que hicimos.

uno de los rápeles de la segunda mitad
El descenso se divide en dos partes claramente diferenciadas. La primera mitad es encañonada, con rápeles y resaltes rodeados de altas paredes, y contiene el rápel más alto del barranco, de -en principio- 42 metros. La segunda mitad, sin embargo, es mucho más cerrada: las paredes se aproximan y forman una garganta estrecha y sombría pero bella, mucho más pulida. Además, la estrechez y los afluentes previos hacen que en esta segunda parte el caudal sea visiblemente superior. El barranco, por tanto, va claramente de menos a más, tanto a nivel deportivo como estético. En concidiones normales sería un muy buen barranco, y de hecho descente-canyon le otorga una puntuación de 3,1 sobre 4.

¿Por qué digo lo de condiciones normales? Porque descendimos el cañón en condiciones extraordinarias: completamente enronado de principio a fin. Fuimos buscando los saltos y las pozas azules de que hablan las reseñas, pero no las encontramos. En su lugar, los pasillos eran llanas avenidas cubiertas de grava, las pozas cubrían por las rodillas y el agua bajaba de color gris cemento. Las grandes acumulaciones de grava en los meandros no son estables, y en la poza superior de la cascada de 42 metros la acumulación es notable. Esa cascada forma en su salida un embudo que concentra el caudal, y por él se precipitan también, sin cesar, piedras de diferente tamaño arrastradas por la corriente. El rápel baja primero en paralelo a la cascada, pero a mitad del recorrido exige cruzar la vena. El descenso de ese rápel es uno de los momentos más tensos que recuerdo haber vivido en un barranco. Todos recibimos alguna pedrada durante el cruce de la cascada. De vez en cuando, rocas del tamaño de un melón bajaban a toda velocidad y se estrellaban contra el suelo, mientras los que estábamos abajo intentábamos mantenernos a cubierto o, por lo menos, lo bastante lejos.

una muestra de las instalaciones del barranco
¿Desde cuándo está así? Buscando en internet no hemos encontrado referencias, aunque tampoco hemos buscado demasiado. Lo que está claro es que, mientras no llegue una crecida igual o similar a la que lo dejado en estas condiciones, lo previsible es que el barranco siga igual. Sólo por esto es obligado desaconsejar el descenso. Además, las crecidas tienen otro efecto secundario: dañar las instalaciones. Visto lo visto, creo que las reuniones del Ciorosolin no tenían demasiado buen aspecto antes de la crecida, pero ahora están peor. Salvo algún punto concreto, la mayoría son monopuntos artesanos, oxidados o ambas cosas, y los cordinos están muy envejecidos. Cambiamos unos cuantos, pero no los suficientes. En definitiva: el Ciorosolin es terreno de aventura.

en el primer tramo: rápeles amplios a pozas inexistentes


David, en el rápel clave: 42m evitando las piedras
Alegría tras la tensión del rápel


los pasillos parecen calles con acera y todo
buen ambiente en todo el descenso


el caudal va aumentando a medida que avanzamos, aunque obviamente las recepciones no dan problemas

hay muchos troncos empotrados a lo largo del descenso
algunos resaltes sin instalación son delicados



el estrecho final es magnífico...
...y en él no puede evitarse el agua



En cuanto a la presa... pasados unos días, por fín satisfice mi curiosidad. En un momento de esos en que encuentras wifi, supe gracias a internet lo que tiene de especial la presa del Vajont. Allí no se va a disfrutar del paisaje, sino a estremecerse recordando una tragedia. El edificio no es un museo, es un memorial, un monumento a la incompetencia del hombre. Una noche de 1963, mientras la gente de los pueblos cercanos dormía o veía tranquilamente la televisión, la ladera del monte Toc cedió y cayó sobre el embalse. Varios estudios ya lo habían anunciado, pero no fue suficiente. Doscientos cincuenta millones de metros cúbicos de tierra, rocas y árboles se desplomaron a toda velocidad sobre las aguas del pantano, como quien arroja con fuerza un cubito de hielo al interior de un vaso lleno. El principio de Arquímedes hizo el resto, y una ola de setenta metros de altura borró del mapa Longarone y otros cuatro pueblos cercanos, llevándose consigo la vida de cerca de dos mil personas. Luego, la ola siguió río abajo y recorrió cuarenta kilómetros hasta llegar al mar, abandonando por el camino algunos cuerpos en las copas de los árboles. Imaginárselo es sobrecogedor...

Sobre ello, es interesante consultar este artículo.


en la parte final se traga agua sí o sí
Datos de interés

Fecha del descenso: 9 de agosto de 2015

Cotación: v4 a4 IV

Acceso desde: Claut (Friuli-Venezia Giulia, Italia)

Combinación de coches: No

Aproximación: Desde Longarone, seguiremos la carretera SP5, superaremos la presa del Vajont y pasaremos Cimolais. A la entrada de Claut, justo tras cruzar el amplio cauce del torrente Settimana, torceremos a la izquierda y remontaremos el valle de este río por una pista asfaltada. Subiremos once kilómetros, y al llegar al tercer puente que cruza el río principal, aparcaremos (puente del Ciarter, altitud 881m). Al otro lado del puente tomaremos un sendero hacia la izquierda, que asciende fuertemente y lleva sin pérdida al inicio del descenso en aproximadamente una hora.

Descenso: 4h 30min

Retorno: Después del último rápel, no hay más que avanzar hasta llegar al río principal, cruzarlo y salir a la pista, cerca del aparcamiento (5 minutos).

Rápel más largo: 42 metros según reseña. Juraría que ahora mide menos.

Material: Cuerdas 2 x 45m, neopreno completo, bagas y material de instalación de recambio.


Lo mejor: vivir la devastación desde dentro, las sensaciones del terreno de aventura.

Lo peor: Gravas inestables, rápel de 42 m muy peligroso por las caídas de piedras, reuniones precarias. No puedo hacer otra cosa que desaconsejar el descenso.


Fotos: Bernat Castells, Xavier


GOLE DEL SOFFIA

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En los Alpes, las condiciones meteorológicas en pleno verano no tienen por qué ser estables. Hoy los caudales son perfectos, pero mañana cae un tormentón y pasado el descenso que esperabas va imposible. Dejar para mañana lo que podrías hacer hoy puede salirte, por tanto, bastante caro... Por ello, hace tiempo que aprendimos a aplicarnos en nuestros viajes otro refrán igualmente conocido: más vale pájaro en mano que ciento volando. Trasladado al barranquismo, vendría a ser algo así como "más vale barranco a la saca, que irlo dejando".

rapel de 26 metros en la primera mitad
Así pues, y en cumplimiento del principio antes mencionado, durante nuestro último viaje a Dolomitas decidimos hacer los descensos escogidos por estricto orden, empezando -tras la toma de contacto del Ciorosolin- por el mejor de ellos: la gole di Soffia.

Las guías, las webs, la gente que ya ha estado... todos consideran el Soffia como uno de los barrancos más bonitos de Europa. Oír hablar tanto y tan bien de algo acostumbra a crear unas expectativas que luego fácilmente se verán incumplidas. Suele pasar. No obstante, he de decir que el barranco no nos decepcionó en absoluto. Realmente es un barranco precioso, muy bien excavado, acuático y con juegos de luces en sus zonas oscuras que lo hacen muy, muy estético. La primera mitad del descenso es más intensa y continuada; la segunda pierde carácter, pero no por ello dejamos de estar ante uno de los imprescindibles. 



descendiendo al abismo: rápel de 24 metros con el que se accede a los oscuros



la sala de los oscuros, y el pasillo de salida a la luz


Los oscuros son una de las zonas más impresionantes del descenso, y justo a su salida se llega a la confluencia de nuestro barranco con el Pisson, su afluente. Este punto del cañón presenta un ambiente magnífico, soberbio.



El descenso de ambos en una misma jornada no sólo es posible, sino que es recomendable. Por desgracia, las instalaciones del Pisson están dañadas actualmente (verano de 2015) y es necesario llevar taladro para bajarlo, por lo que descartamos hacer la combinación.  






 
bajando al encuentro del Pisson
altísimas paredes rodean la confluencia con el Pisson


la segunda parte, más abierta y luminosa, permite varios saltos muy disfrutones





Datos de interés

pasillo, ya en la segunda mitad
Fecha del descenso: 10 de agosto de 2015

Cotación: v5 a4 V

Acceso desde: Mas (Veneto, Italia)

Combinación de coches: no

Aproximación: Desde la población de Mas, giraremos a la izquierda hacia Sospirolo y el lago de Mis. Bordearemos el embalse y luego giraremos a la derecha, hasta llegar a un pequeño aparcamiento, justo antes del bar alla Soffia. Aparcaremos aquí -mejor que en el mismo bar- y a pie tomaremos una pista asfaltada cerrada al tráfico en fuerte subida. Pasado un edificio de viviendas, en un apartadero a la derecha veremos el inicio de dos caminos. Tomaremos el de la derecha y llegaremos al inicio del descenso. Una hora aproximadamente.

Descenso: 4 horas 10 minutos, haciendo cola en varias cabeceras.

Retorno: Evidente. Una vez finaliza el descenso, saldremos por la derecha y tomaremos un sendero turístico -posiblemente repleto de turistas- que nos llevará al bar y al aparcamiento en cinco minutos.

Rápel más alto: 38 metros

Material: cuerdas 2 x 40m, neopreno completo.

Lo mejor: muy completo y estético, lo tiene todo

Lo peor: está prohibido (al menos, en teoría)


Fotos: David Sánchez, Xavier

VAL ZEMOLA

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Si nuestro viaje a Dolomitas de este verano tenía como objetivo bajar lo mejor de la zona, una vez descendida la gole di Soffia era obligatorio visitar la otra estrella de la región: el Val Zemola. En esta ocasión, el descenso no es tan conocido por su belleza, sino más bien por ser un barranco "serio", de aguas vivas que puede dar problemas y que incluso se ha cobrado alguna vida recientemente, como nos recuerda una placa conmemorativa dentro del cauce. No obstante, en pleno verano, y en ausencia de lluvias, el descenso se muestra amable y no da más problemas que el alcanzar algunas reuniones, bastante expuestas para salvar esos caudales que se dan a principios de temporada. Nuestra experiencia, pues, fue bastante tranquila, y el barranco nos mostró su cara más amable en pleno estiaje.

Sobre el barranco, hay que decir que se trata de un descenso con mucho ambiente, y de interés creciente a medida que se avanza. Rápeles aparte, tiene múltiples saltos, y debe decirse que el agua está muy fría. Lo encontramos perfectamente equipado, y vimos algún que otro pasamanos expuesto que agracedimos no tener necesidad de montar.

No hay mejor resumen que unas fotos:


ambiente y espuma en algunos pasos
paso estrecho, en el que el agua apretaría con mayor caudal


alcanzando una reunión en una zona pulida y sinuosa


pasillo de agua azul turquesa
puente de roca, ya encarando el tramo final

rápel muy acanalado, complicado con mayor caudal...
...aunque disfrutón en estas condiciones


rápel bajo un pequeño geyser, una buena forma de finalizar el descenso



Datos de interés

Fecha del descenso: 11 de agosto de 2015

Cotación: v4 a5 IV

Acceso desde: Erto (Friuli-Venezia Giulia, Italia)

Combinación de coches: Sí. Puede hacerse sólo con un vehículo dejándolo en el aparcamiento inferior, pero en ese caso la caminata hasta el sendero de acceso sería algo dura: unos 4 km de fuerte pendiente.

Aproximación: Desde Longarone, seguiremos la carretera SP5, superaremos la presa del Vajont y llegaremos a la población de Erto. La cruzaremos y, justo a su salida, veremos un oratorio y el puente de la carretera sobre el barranco. Aparcaremos junto al oratorio -hay poco espacio-, y con un segundo vehículo volveremos atrás por la carretera unos cientos de metros. Al llegar a una rotonda, tomaremos la vía Zemola, una pista asfaltada que asciende en dirección a un refugio y al valle que forma nuestro descenso. Varios kilómetros más arriba, y tras pasar una curva a la derecha que cruza un afluente, aparcaremos. El barranco se ve bastante abajo desde aquí. Unos metros más arriba, tomaremos un sendero poco trazado y bajaremos de forma muy pronunciada hasta el cauce, atravesando en ocasiones un terreno algo descompuesto. Tiempo de la aproximación a pie, de 45 minutos a 1 hora. 

Descenso: en condiciones de caudal normal nos llevó 2h 45min

Retorno: Una vez el barranco se abre, tomaremos un sendero a la derecha, indicado con marcas de pintura azules y blancas, que nos devolverá a la carretera a unos metros del aparcamiento inferior. 15 minutos.

Rápel más largo: 17 metros

Material: Cuerdas 2 x 20m, neopreno completo. Perfectamente equipado a base de químicos.

Lo mejor: descenso deportivo, bien formado y mejor equipado

Lo peor: acceso al cauce; con caudal normal pierde enteros

Puntuación personal (de 0 a 4): 3,5


Fotos: David Sánchez, Bernat Castells, Xavier

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