Un mes después de ponerme el traje de neopreno por última vez, ya vuelvo a sentir dentro de mí esa inquietud, esa desazón, ese mono. He tenido ideas y propuestas, pero el trabajo, el maldito trabajo, no me ha dejado aprovecharlas. Los barrancos del estilo del último viaje son trenes que pasan pocas veces al año, y si no estás a tiempo en la estación, los pierdes. Habrá que esperar.
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ECRINS VIDEO EXPRESS
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SALLENT DE PESSONADA
La montañas son escenarios en apariencia eternos, inmóviles. Sin inmutarse, sin apenas cambios, llevan siglos viendo a los hombres nacer y morir a sus pies, y encierran innumerables vestigios de nuestra historia. Pueblos abandonados, viejos búnkers y trincheras, maquinaria agrícola en desuso, antiguos molinos... La vegetación oculta muchas pruebas de lo que fuimos y de lo que hicimos. En el Prepirineo de Lleida, la comarca del Pallars Jussà es rica en vestigios del lado más sombrío de nuestro pasado. La zona, que fue escenario de combates durante la Guerra Civil de 1936-1939, está plagada de búnkers, trincheras y restos de construcciones militares de aquellos días. Varios de esos restos se reparten por la sierra de Pessonada, al sudeste de la Pobla de Segur, que formó parte del llamado frente del Pallars y en la que tomaron posiciones las tropas franquistas.
En esa misma sierra de Pessonada, y justo sobre el pueblo del mismo nombre, se encuentra el barranco de Sallent de Pessonada. En realidad se trata más bien de un torrente, de una vaguada que recoge el agua de lluvia, y que debe estar seco de forma casi permanente. Su interés reside en la vertical de noventa metros que da sentido al descenso, en las vistas del Pallars de las que puede disfrutarse desde lo alto y en la carga histórica del lugar. Por contra, se trata de un barranco bastante corto, y su interés deportivo es escaso. Hay cañones mejores, pero en esta época de impasse, en la que hace demasiado frío para los barrancos acuáticos pero demasiado poco para los descensos invernales, es una opción.
vista desde la bauma del corral de la Bastida, que sirvió de centro de comunicaciones del bando nacional durante la Guerra Civil |
En esa misma sierra de Pessonada, y justo sobre el pueblo del mismo nombre, se encuentra el barranco de Sallent de Pessonada. En realidad se trata más bien de un torrente, de una vaguada que recoge el agua de lluvia, y que debe estar seco de forma casi permanente. Su interés reside en la vertical de noventa metros que da sentido al descenso, en las vistas del Pallars de las que puede disfrutarse desde lo alto y en la carga histórica del lugar. Por contra, se trata de un barranco bastante corto, y su interés deportivo es escaso. Hay cañones mejores, pero en esta época de impasse, en la que hace demasiado frío para los barrancos acuáticos pero demasiado poco para los descensos invernales, es una opción.
Los cuatro primeros rápeles son cortos y están poco o nada equipados, aunque pueden evitarse mejor o peor. Son una mera antesala de la vertical que espera poco más allá, y que consta de tres rápeles de veinte, quince y cincuenta y tres metros.
saliendo al vacío |
bajando el rápel de veinte metros, primero de la vertical |
el rápel de quince atraviesa algunos matorrales |
el rápel de 55 metros, casi todo volado |
Tras ellos no hay más que recoger las cuerdas y empezar a pensar en lo siguiente, porque seguramente nos habrá sabido a poco.
Datos de interés
Cotación: v4 aI II
Acceso desde: Pessonada (Pallars Jussà, Lleida)
Descenso: Cuatro rápeles cortos en terreno bastante abierto conducen a una vertical de noventa metros fraccionada en tres rápeles. No hay más dificultad que la psicológica, derivada de la precariedad de las instalaciones y el patio que nos espera. 1 h 15 min.
Retorno: Al final del descenso, un sendero zigzagueante y algo pedido en ocasiones nos conducirá a una pista, y por ella volveremos al coche. 15 minutos.
Material: Cuerdas, 2 x 55 metros. Cintas y maillones de repuesto, equipo de espitar. El barranco es terreno de aventura, bonito eufemismo que significa que las instalaciones no existen o ponen los pelos de punta.
Observaciones: En la pared abundan los nidos de buitres. Mientras evolucionamos por la pared, el tráfico aéreo de esos simpáticos pájaros es constante. Sed respetuosos y no arméis jaleo.
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BARRANC DE DURRO EN INVIERNO (QUE NO INVERNAL)
Por barranquismo invernal, uno entiende normalmente el descenso de barrancos con presencia de hielo y nieve, cosa que obliga a utilizar técnicas y materiales más propios de otras disciplinas como los crampones y los piolets. Saltarse las recomendaciones de las guías y del sentido común, y meterse en un barranco acuático a cero grados de temperatura sin hielo ni nieve a la vista, no es barranquismo invernal: es barranquismo en invierno, una variante del canyoning emparentada con el masoquismo. Una de esas aficiones que hacen que a tu madre se le pongan los pelos de punta mientras dice "Jesus!" y mueve la cabeza en señal de desaprobación.
Como parece que este año el hielo tampoco va a aparecer en los ríos ribagorzanos, la semana pasada Didier y yo decidimos abandonar la espera y meternos en el agua para disfrutar del dolor que provoca el agua helada en manos, pies y cara. Algo masoquistas sí debemos ser, porque nos gusta. Aún así, todavía no nos va el rollo demasiado duro, de forma que escogimos algo más bien corto. Descartado el Sant Martí a causa de su bajísimo caudal (no hay deshielo), volvimos a meternos en el barranc de Durro (v3a2II), que a diferencia del año pasado, ni siquiera tenía nieve. Lo blanco quedaba reservado para los picos de las montañas que rodean el descenso.
El descenso, por lo tanto, lo hicimos en condiciones normales si exceptuamos las bajas temperaturas. El resultado fue éste:
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Aproximación por la carretera con Barruera abajo, en el valle |
El descenso, por lo tanto, lo hicimos en condiciones normales si exceptuamos las bajas temperaturas. El resultado fue éste:
La ficha técnica del descenso ya la reseñé en la entrada del descenso invernal del año pasado, así que no la repetiré. Para verla, echad un vistazo aquí (ha sido actualizada).
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SALT DEL MOLÍ BERNAT
El Collsacabra es un altiplano a caballo entre las províncias de Barcelona y Girona. Al noreste, en su caída hacia la vall d'en Bas, forma barrancos como el Sallent de la Coromina de Falgars o el torrente del Grau y, ya en plena sierra de Cabrera, verticales como el Sallent de Gurn o el torrente de Cavorques. Estos descensos son quizá los más valorados, y fueron el escenario principal del Encuentro de Espeleología y Cañones (Speleocanyons) de 2013.
Por otro lado, al sur, el altiplano forma una muralla imponente que serpentea y resigue los límites del valle de Sau y su pantano de este a oeste. Aquí, los torrentes que discurren hacia el sur caen al vacío unas veces de forma escalonada -riera de l'Om, torrente de Gravet-, y otras veces de forma tremendamente vertical -riera de Rupit, torrente de Casadevall-. En algunas ocasiones, no son más que simples cascadas que superan el acantilado, sin más recorrido anterior o posterior. Estos torrentes, que habitualmente llevan un caudal escaso o nulo, después de fuertes lluvias crecen de manera espectacular. Es en ese momento cuando merece la pena acercarse a visitarlos.
Uno de esos saltos de agua sin mayor continuidad, pero a la vez tremendamente estético, es el Salt del Molí Bernat, que forma la riera de Balà en las inmediaciones del pueblo de Tavertet. La cascada recibe este nombre del molino cuyas ruinas pueden verse a pocos metros. Aunque aguas arriba del salto el cauce está excavado y tiene algún que otro resalte, lo único de interés, deportivamente hablando, es esta cascada de unos ochenta metros en total. Eso hace que el recorrido sea muy breve, pero con mucho ambiente si acertamos a bajarlo con caudal elevado. Si no nos queda demasiado lejos, vale la pena aprovechar la oportunidad y acercarnos después de lluvias al salto, que por proximidad y horarios puede combinarse perfectamente con el Salt de Tirabous.
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vista general del salto y sus instalaciones |
El gran rápel, visto desde arriba. En primer plano se parecia un roce. |
iniciando el vuelo |
llegando al suelo |
Datos de interés
Acceso desde: Tavertet (Barcelona)
Aproximación: Para llegar al salto lo mejor es, posiblemente, dejar el coche al inicio de un sendero señalizado a pie de carretera, entre los kilómetros 10 y 11 de la Ctra. BV-5207. Desde aquí, entraremos en los prados y buscaremos acercarnos al cauce sin molestar al ganado ni a sus dueños (15 min.). Nosotros improvisamos, así que no puedo decir cual es la mejor manera de llegar. No busquéis, no hay bibliografía para este descenso.
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situación del salto del Molí Bernat, en el centro - mapa del Institut Cartogràfic de Catalunya, 2014 |
Descenso: La cascada se divide en dos o tres rápeles, con diferentes opciones dada la cantidad de anclajes que existen (todos químicos o parabolts). A la derecha orográfica de la cabecera, y alejada del cauce, hay una primera reunión que permite rapelar en seco (30 m, cuidado con los roces) hasta la repisa central. Aquí tenemos tres reuniones, una de ellas inviable con caudal, desde las que rapelar unos cincuenta y cinco metros, la mayoría volados, hasta el suelo. Seguramente también puede llegarse hasta la repisa por dentro, por el cauce: he oído que hay alguna reunión, pero no puedo confirmarlo. El recorrido es muy corto, y rápido (1 h).
Retorno: Al pie de la cascada, veremos un afluente que entra por la derecha. Junto a él, tomaremos un sendero, y con algo de orientación en los desvíos, saldremos a la carretera (30 a 45 min.)
Material: Dos cuerdas de 60 metros. Neopreno a criterio (con el caudal de las fotos, en la vertical tenemos asegurada una ducha contundente, aunque no lo parezca.)
¿Cuando ir? El mejor momento para visitar este descenso es después de lluvias fuertes o continuadas: bajará con un caudal potente, que no debería impedir el descenso pero sí darle carácter y estética. Aún así, evaluad...
¿Cuando ir? El mejor momento para visitar este descenso es después de lluvias fuertes o continuadas: bajará con un caudal potente, que no debería impedir el descenso pero sí darle carácter y estética. Aún así, evaluad...
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BARRANCO DE LIRI
Hace dos semanas, un amigo colgó en su muro, en facebook, la frase "En seis días me enfundo el neopreno". Yo le respondí con un lacónico "Va a llover", pero a pesar de todo, no me descolgué del plan. Seis días más tarde, cuatro barranquistas recorríamos el valle del Cinca bajo un intenso aguacero, como almas en pena buscando un barranco en el que ponernos el neopreno. Aquel día el Abizanda fue el escaso botín con el que nos dimos por satisfechos. Algo es mejor que nada.
Una vez en casa, volví a comprobar la previsión meteorológica. Al día siguiente, domingo 23 de marzo, se esperaba frío pero no precipitaciones... y se planteaba una buena oportunidad para aprovechar esa lluvia caída y su efecto sobre la nieve. No costó mucho convencer a Didi, y a la mañana siguiente nos acercamos a Castejón de Sos esperando encontrar rugiendo el barranco de Liri, como dos surferos en busca de buenas olas. No podemos quejarnos del resultado.
Para el que no lo conozca, el barranco de Liri se divide en dos partes encajadas muy bien delimitadas, separadas por un tramo intermedio de río resbaladizo y sin interés de unos doscientos metros. La morfología del cañón, bien esculpido pero sin grandes estrecheces y con la mayoría de las pozas repletas de grava, permite disfrutar del descenso con grandes volúmenes de agua. En este caso no encontraremos movimientos de aguas vivas en las pozas -casi ninguna cubre-, pero no por ello hay que relajarse demasiado. Varios rápeles descienden de lleno por el activo, y en ellos el agua sacude con fuerza y la visibilidad desde arriba es escasa.
La primera parte consta de siete rápeles practicamente encadenados.
Para el que no lo conozca, el barranco de Liri se divide en dos partes encajadas muy bien delimitadas, separadas por un tramo intermedio de río resbaladizo y sin interés de unos doscientos metros. La morfología del cañón, bien esculpido pero sin grandes estrecheces y con la mayoría de las pozas repletas de grava, permite disfrutar del descenso con grandes volúmenes de agua. En este caso no encontraremos movimientos de aguas vivas en las pozas -casi ninguna cubre-, pero no por ello hay que relajarse demasiado. Varios rápeles descienden de lleno por el activo, y en ellos el agua sacude con fuerza y la visibilidad desde arriba es escasa.
La primera parte consta de siete rápeles practicamente encadenados.
primer rápel, desde la instalación exterior |
segundo rápel |
Con caudal, el tercer rápel es de los más impresionantes visto desde arriba, y no tiene mucho margen para escoger la trayectoria.
el tercer rápel, acanalado y tremendo visto desde arriba |
Didi, maniobrando en el tercer rápel |
Mucha espuma, pero apenas cubre |
Al final del tramo aparece el séptimo rápel, quizá el más espectacular de todos los del descenso con este volumen, y en el que el activo es inevitable.
Sexto rápel, breve pero espumoso |
activo inevitable en el séptimo rápel |
Acto seguido, el barranco se abre y permite escapar por la izquierda. Un sendero, que sido señalizado con un cartel de madera, conduce a la carretera y al coche de cabecera en cinco minutos. A falta de tiempo, o de un segundo coche, nos podemos plantear descender únicamente esta parte. Nosotros seguimos adelante y bajamos también la segundo tramo. Su primer rápel también nos hace meternos de lleno en el activo.
No se le ve, pero Didi anda a media cascada |
R9. No todo se baja por el agua |
A veces, el agua impide ver bien el camino a seguir |
R10, 14 m |
Negociando el penúltimo rápel |
Datos de interés
Cotación: v4 a2 III
Acceso desde: Castejón de Sos (Huesca)
Acceso desde: Castejón de Sos (Huesca)
Aproximación: Antes de acceder a la cabecera, y ya dentro de Castejón de Sos, tomaremos la calle junto a la iglesia para acercarnos al cementerio y dejar un primer coche allí. Después, volveremos atrás y saldremos en dirección a Pont de Suert por la carretera N-260. Al poco, torceremos a la izquierda en dirección al pueblo de Liri, y seguiremos hasta una curva pronunciada a la derecha con una amplia zona para aparcar a la izquierda y un cartel informativo del barranco. Dejaremos el segundo coche aquí, y carretera arriba, unos metros más allá y por la izquierda, accederemos al primer rápel de forma inmediata.
Descenso: de 2h 30' a 3h 30', según grupo y caudal.
canalización que marca el final del descenso |
Retorno: Tras el último rápel, veremos a nuestra derecha una antigua canalización muy deteriorada. Junto a él nace un sendero que nos conducirá a una pista. La tentación es cruzar el río y pasar por una casa, pero para evitar molestar a sus moradores, el camino señalizado sigue la pista hacia la derecha hasta cruzarse con un sendero PR. Siguiéndolo, giraremos a la izquierda, cruzaremos el río por un puente y llegaremos a una pista que nos llevará directamente al cementerio (literalmente). 20 minutos, bien señalizado.
Combinación de coches: sí, obligada para el descenso integral.
Material: Neopreno completo, cuerdas 2x20 m. Equipamiento en buen estado en general.
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BARRANCO DE AGUARÉ
Cinco meses después de su lesión en el Etages, David volvía al ruedo... y el fin de semana pasado era el escogido para saltar de nuevo a la plaza. Había planes ambiciosos para ello -una escapada relámpago a Mallorca-, pero como finalmente quedaron en nada, intentamos aprovechar los dos días para hacer algo interesante. Aunque la previsión meteorológica, una vez más, fuera mala. Por desgracia, el domingo las temperaturas bajaron aún más y llegó la lluvia, de forma que sólo pudimos aprovechar el sábado.
El barranco de Aguaré siempre nos había parecido interesante pero seguía siendo un desconocido. Las reseñas lo describen como un descenso a realizar en primavera u otoño por tener un acusado estiaje, y aunque había llovido los días anteriores, hacía frío y ello nos hizo pensar que no habría problema con el deshielo. Efectivamente, encontramos un caudal perfecto para disfrutar del descenso sin ningún problema, aunque la temperatura del agua era muy, muy baja.
Por lo demás, el barranco se define por sus bonitas formas, sus cascadas de pequeña altura y su continuidad. Se divide en tres tramos engorgados separados por breves zonas abiertas, que forman un conjunto interesante y deportivo, sin llegar a tener dificultades destacables con caudal normal. Es también un barranco estético, y los muros de contención que forman los rápeles finales no lo afean: al contrario, se han integrado en el paisaje y forman parte de la belleza del cañón.
De la primera parte del barranco no puedo decir nada, porque decidimos empezar el descenso en el tramo intermedio. Todavía había nieve en el acceso y sobre las rocas en este tramo.
nieve todavía presente en los primeros compases del tramo intermedio |
En este tramo los rápeles aparecen uno tras otro, a pocos metros, sin tiempos muertos ni destrepes tediosos. Algunos son realmente cortos, posiblemente saltables o destrepables, pero la temperatura del agua no invitaba a ello.
rápeles cortos, una constante |
a pesar de ello, buen ambiente |
Hay espacio para un par de rápeles algo más altos, de unos quince metros, realmente bonitos.
un rápel de 15 m con pasamanos incluído |
llegando a la poza, de escasa profundidad |
baja un buen chorro, pero no hay problema |
el rápel anterior y éste, de gran ambiente |
Añadir leyenda |
Los rápeles se suceden y llegamos a una canalización que cruza el barranco. Ello supone el inicio del tramo final, aunque justo antes podemos abandonar por un escape señalizado a la izquierda.
último rápel del tramo intermedio... |
...y primero del tramo final |
Y ya estamos en los últimos cuatro rápeles del descenso, todos ellos sorteando muros de contención que, como decía antes, no afean para nada el escenario. Este último tramo se muestra algo más abierto, a medida que nos aproximamos al fondo del valle.
el primero de los muros de piedra a descender en este tramo |
recepción del rápel anterior |
rápel posiblemente destrepable |
zona de aspecto más abierto, entre muros de contención |
espuma justa para alegrar el rápel, pero sin dar ningún problema |
el rápel anterior, desde abajo |
el agua ha encontrado la manera de sortear este muro |
Uno de los puntos más curiosos del descenso es el último rápel. El agua ha socavado el muro de contención por su base y éste es ahora una especie de puente, un muro que no sujeta ni detiene nada. La tentación es asomarse por debajo, pero la reunión ya no está ahí, sino al otro lado del muro y a la izquierda.
el último rápel, un trámite |
último rápel y fin de fiesta |
La salida, una vez bajado este último rápel, es inmediata. La carretera era un hervidero de esquiadores yendo o viniendo de Candanchú. Esos esquiadores, bien abrigados y desde la comodidad que les daba la calefacción de sus coches, alucinaban al pasar y ver a dos tíos semidesnudos, mojados y en bañador, a pie de carretera.
Datos de interés
Cotación: v3 a2 II
Acceso desde: Canfranc (Huesca)
nieve en el camino de acceso |
Aproximación: Las guías y reseñas que pueden encontrarse en internet describen el acceso a la parte superior desde el pueblo de Canfranc, atravesando el barranco de los Meses. No obstante, existe otro acceso más directo, seguramente más reciente, que parte de la misma salida del barranco, y que es ideal si no queremos hacer el descenso íntegro. En la carretera N-330, al poco de salir de Canfranc en dirección a Francia, veremos a la izquierda el final del barranco, justo antes de una gasolinera Cepsa. Aparcaremos en uno u otro lado de la carretera y tomaremos un sendero bien señalizado que nace junto al cauce y remonta nuestro río por su izquierda orográfica. Los accesos a las partes final y media están indicados con carteles de madera. El acceso a la parte superior por aquí, por lo visto, requiere superar algún paso con clavijas (desconozco su dificultad). Tiempo de acceso al tramo intermedio, unos 30-40 minutos.
Descenso: Según las reseñas, el descenso integral supone unas tres horas y media. Los tramos medio e inferior nos llevaron a nosotros 2h 15 min. aproximadamente.
la estación de Canfranc, visita obligada |
Retorno: Tras el último rápel, un sendero señalizado por la izquierda nos sacará a los prados contiguos a la carretera. Desde ellos, volveremos al lugar en el que hayamos dejado el coche (5 minutos).
Material: cuerdas 2 x 30 m, neopreno completo
Observaciones: Equipamiento en buen estado. Accesos bien señalizados.
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CÓRCEGA PERFECTA
Bastia, 06:30 horas de la mañana del 12 de abril. Una metálica voz de mujer, a través de la megafonía, nos saca a todos de nuestro letargo. Saltamos de nuestras literas, nos vestimos y subimos a cubierta. Suena una pieza de música clásica, un vals, y siguiendo su ritmo, nuestro ferry entra lenta pero elegantemente en el puerto, como pavoneándose. A estribor, el desolado muelle de carga que superamos me parece congelado en el tiempo desde marzo del año pasado, como si los camiones, los contenedores y demás aparejos no se hubieran movido desde la última vez que atracamos aquí. Como si después del escaso resultado del viaje anterior nos hubieran estado esperando, seguros de que volveríamos.
Me es inevitable sentir un cierto déjà vu al atracar. Vuelve a recibirnos un cielo grisáceo y amenazador, aunque no tanto como el año pasado. Por suerte toda similitud se quedará ahí, y en los días siguientes David, Bernat, Natxo, nuestro amigo Oscar y yo disfrutaremos en general del buen tiempo, de los caudales adecuados, de la camaradería y de unas cuantas cervezas y Coca-Colas frías. Gracias a ello, cumpliremos con el plan previsto y disfrutaremos al máximo de lo que ofrece un viaje entre amigos por esta isla.
A continuación os dejo las conclusiones sobre logística y descensos que he obtenido de mis dos viajes a la isla, por si os son de utilidad.
el último rápel del Piscia di Gallu, uno de los más bellos |
A continuación os dejo las conclusiones sobre logística y descensos que he obtenido de mis dos viajes a la isla, por si os son de utilidad.
Sobre Córcega
¿Cómo ir?
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mapa de la isla con los descensos |
Nosotros nos decidimos por viajar en coche hasta Toulon, y tomar allí un ferry con destino a Bastia. Desde allí bajamos hasta nuestro primer objetivo en la zona de Alta Rocca y el albergue (unas 2h 15 min de viaje). Tras unos días aquí, cambiamos a la zona de Porto Piana, para el último día salir en ferry de Ajaccio a Toulon y de nuevo autopista hasta casa.
¿Qué descender?
Simplificando, puede decirse que los mejores descensos de la isla se reparten entre dos zonas concretas: Alta Rocca y Porto Piana. No entraré ahora en detalles sobre cada barranco: los iré desgranando uno a uno en este blog (exceptuando al Purcaraccia, que ya reseñé el año pasado y no me parece digno de una segunda piada).
ALTA ROCCA. Esta zona alberga los barrancos más famosos de Córcega. En general, he de decir que se trata de pequeños juguetes, descensos muy cortos y sin dificultades destacables salvo quizá el Piscia di Gallu; descensos que posiblemente sabrán a poco al barranquista con un buen bagaje a sus espaldas. Aquí bajamos los siguientes:
- Purcaraccia. Descenso estético pero excesivamente sobrevalorado a mi entender. Muy abierto y sin dificultades, y en verano, lleno de bañistas según parece.
- Vacca. Acuático, juguetón, estético y divertido, pero breve como el resto.
- Pulischeddu. Entretenido, un buen complemento a sus vecinos.
- Piscia di Gallu. Buen ambiente y gran rápel final, pero ¡terriblemente breve!
- Baracci. Otro juguete. Aunque técnicamente pertenece a la zona de Taravu, más al oeste, su primera parte -la mejor- puede combinarse con el Piscia di Gallu para completar la jornada.
Además de los mencionados, desde esta zona también podemos descender los cañones Piscia in Alba y Tignoso. Aquí hablamos ya de barrancos de mayor envergadura, sobretodo en el segundo caso, aunque por tener un caudal más elevado son descensos reservados al periodo estival.
PORTO PIANA. En esta segunda zona encontraremos descensos algo más largos y también más completos, al estilo continental. Nuestros objetivos aquí fueron los siguientes:
- Richiusa. Estético, entretenido y bien formado, con pasos que pueden complicarse con caudal elevado. Realmente está a caballo entre esta zona y la anterior, por lo que es una buena opción para el día de traslado de una a otra.
- Sulleoni. Barranco según los patrones continentales: mayor trabajo con cuerdas, continuidad, abundancia de rápeles y una magnífica vertical de 65 metros. Muy bueno y completo.
- Ziocu. Junto con el anterior, para mí lo mejor de nuestra visita. Caudal elevado, pasos interesantes y una bonita pero inaccesible cascada de 22 metros con un rápel imposible en estas condiciones. Estético y caudaloso.
Otro descenso obligado de la zona, con el caudal adecuado, es el Dardu: un barranco con bonitos pasos y final en el mar que habitualmente lleva un caudal bajo, y que en este segundo viaje no revisitamos dando por sentado, a la vista de nuestra experiencia, que su caudal sería demasiado flojo.
la cascada de 65 metros del Sulleoni |
emoción en el Ziocu, el más agitado de los mencionados |
¿Dónde dormir?
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vistas desde nuestro apartamento en Vico |
Posiblemente no hay época perfecta. En abril y sin lluvias acumuladas, los barrancos que hemos hecho (Purcaraccia, Vacca, Gallu, etc.) llevaban un caudal idóneo, pero Tignoso, Alba o Chjuvonu no eran viables. En verano estos últimos estarán en su punto, pero los primeros irán demasiado flojos. Salvo que vuestro objetivo preferente sea el Tignoso, para visitar el resto del top ten lo mejor es la primavera. Escoged en función de lo que busquéis, pero no olvidéis que, en julio y agosto, los precios y el número de turistas aumentarán.
Fotos: Xavier, Bernat Castells
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RUISSEAU DE VACCA
Córcega, 14 de abril. Nuestro primer día en la isla habíamos revisitado el barranco de Purcaraccia, con la idea de que sirviera de toma de contacto y la esperanza -inútil- de mejorar la opinión que nos habíamos formado de él el año pasado. Tras ese primer contacto, el segundo día decidimos no dejar escapar otro de los grances clásicos, el ruisseau de Vacca. En esta ocasión sí encontramos lo que ha dado fama a los barrancos corsos: carácter acuático, pozas de un vivo verde esmeralda y diversión. Lo primero se lo da el hecho de ser el colector de la zona de Bavella, y lo último, los múltiples saltos que hay en su, todo hay que decirlo, breve recorrido.
Por lo demás, el descenso empieza con un caos de bloques que enseguida da paso a los dos primeros saltos. El segundo de ellos es uno de los más fotografiados de la isla:
Por lo demás, el descenso empieza con un caos de bloques que enseguida da paso a los dos primeros saltos. El segundo de ellos es uno de los más fotografiados de la isla:
un sencillo salto en uno de los rincones más bonitos y característicos del barranco |
Tras este bonito rincón, el cañón se estrecha y forma pasos que pueden complicarse en caso de caudal elevado.
Natxo superando un resalte de seis metros |
Después de un pequeño salto de apenas tres metros, se llega al único rápel real del descenso, de unos diez metros. La poza cubre y seguramente también puede saltarse con algo de cuidado, aunque la espuma no nos permitió evaluar. Mejor comprobarlo.
el pequeño salto de 3 m |
Guiputxi, en el único rápel |
En la gran badina del rápel, el río gira noventa grados a la izquierda y continúa con un salto de cinco metros y otra badina, larga y profunda, en la que tendremos que nadar.
el salto de cinco metros, desde detrás... |
...y desde delante |
Ya estamos muy cerca del final. Superada la badina, veremos que el agua se cuela entre los bloques antes de formar un nuevo salto de un par de metros. Ojo aquí, porque entre esas rocas hay un sifón en forma de embudo que, con el caudal que nosotros encontramos, no era practicable.
Última badina del descenso. Sobre los bloques del fondo está el sifón |
Un último saltito, una larga badina... y no hay más. Un descenso muy corto, aunque bonito y entretenido.
Datos de interés
Cotación: v2 a4 II
Acceso desde: Solenzara (Córcega)
Aproximación: Desde Solenzara, tomaremos la carretera N-198 en dirección al Col de Bavella y Zonza. Después de un rato de subida y de curvas, llegaremos al collado de Larone, con una explanada de tierra a la derecha y un depósito de aguas de color verde. Desde aquí, continuaremos por la carretera, ahora en bajada, durante 1'7 km, y en una curva pronunciada aparcaremos el coche. En esa misma curva tomaremos un sendero que primero asciende ligeramente y luego llanea, hasta llegar a una bifurcación en T. Continuaremos por la derecha, por un sendero sin otros desvíos que nos llevará hasta el cauce. 45 min.
Descenso: Las reseñas marcan dos horas, pero a nosotros nos llevó apenas una.
Retorno: Después del último salto y su badina de recepción, sortearemos otra badina y, junto a un gran bloque a la izquierda, encontraremos el sendero de salida. Indicado con hitos, este camino enseguida asciende de forma vertiginosa, con tramos en los que habrá que trepar. El sendero es estrecho y está rodeado de espesa vegetación, pero es claro y está bien trazado. Ignoraremos algunos desvíos poco pisados, y ya en terreno llano llegaremos a la bifurcación del acceso. Seguiremos hacia la derecha, y deshaciendo el principio del camino de aproximación volveremos al coche. 50 min.
Material: Cuerdas 2x15 m
Fotos: Xavier, Guiputxi, Bernat Castells
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RUISSEAU DE POLISCHELLU
Córcega, 14 de abril. El ruisseau de Vacca era el barranco estrella escogido para ese día, pero su longitud daba margen más que de sobras para combinarlo con otro. Con ese fin nos decidimos por el Polischellu -Pulischeddu en corso-, un descenso ya fuera del top ten de la isla pero muy cercano al anterior. Por las referencias que teníamos, he de reconocer que no esperábamos nada de él. Quizá por eso nos sorprendió gratamente.
Durante la aproximación, al llegar al cauce a la altura del tercer rápel, miramos río arriba y tuvimos la sensación de que no nos perdíamos nada, de modo que empezamos el descenso allí mismo. Lo que hay desde este punto y hasta el final es un recorrido sin dificultades a destacar, en el que casi todo es saltable y en el que hay suficientes obstáculos y continuidad como para pasar un rato entretenido.
Este tramo empieza con un rápel de 12 metros que puede saltarse de forma limpia. Al poco se llega a otro rápel de la misma longitud, esta vez más encajonado.
salto de 9 metros o rápel de 12, a escoger |
otro rápel, también de 12 metros |
Un pequeño salto da paso después a otro rápel de diez o doce metros, que también es saltable como pudimos comprobar.
el pequeño salto... |
...y el rápel saltable, en el que probamos ambas cosas |
el punto y final del descenso |
¿Qué nos queda? Poco más. Un tobogán y un resalte conducen al último rápel del barranco, en el que la roca forma un curioso trampolín que lanza el agua hacia la poza. Este último paso es claramente saltable, y pone fin a un descenso que, sin ser uno de los grandes, bien sirve para descenderlo junto a sus vecinos Purcaraccia y/o Vacca completando así una buena jornada.
Datos de interés
Cotación: v3 a2 II
Acceso desde: Solenzara (Córcega)
Aproximación: Desde Solenzara, tomaremos la carretera N-198 en dirección al Col de Bavella y Zonza. Pasado el col de Larone y el aparcamiento del Vacca, llegaremos a un puente con un panel indicador y el cartel "Pont de Pulischellu". Después de aparcar, tomaremos un sendero que parte desde el puente por la orilla derecha orográfica. El camino serpentea por el interior del bosque mientras gana altura, indicado con marcas de pintura naranja. Inicialmente sigue el cauce de cerca, pero luego gana altura y se aleja. En algunos momentos se pierde, pero buscando bien encontraremos la continuidad. Al llegar frente a un espolón de roca perpendicular al cauce, veremos un sendero que parte del nuestro hacia la derecha y desciende. Por él, bajaremos a la cabecera del rápel de 12 metros. Si continuáramos siguiendo las marcas de pintura naranja, llegaríamos a una cueva y un sendero que se enrisca hasta perderse. Una vez en el cauce, si queremos subir a los dos rápeles superiores deberemos remontar por el cauce. 45 min. - 1 hora.
Descenso: 2 h 30 min todo el barranco según reseña. A nosotros, de la cabecera del tercer rápel hasta el final, nos llevó menos de una hora.
Retorno: Tras el último rápel, saldremos por la izquierda a un sendero bien trazado que, también por entre el bosque, nos devolverá a la carretera y al coche.
Material: Cuerdas 2x25 m si bajamos las dos primeras cascadas; 2x15 m en caso contrario.
Fotos: Xavier, Bernat Castells
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PISCIA DI GALLU
Córcega, 15 de abril. Nuestro tercer día en la isla era el señalado para entrar en el que quizá es el barranco más famoso de la isla, el Piscia di Gallu.
el escenario es realmente bonito |
El Piscia di Ghjaddu es una brevísima brecha en un muro de granito, un corto pasillo esculpido pacientemente por el agua en su esfuerzo por abrirse paso en la roca hasta saltar al vacío. Con apenas doscientos metros de longitud total, es obvio que al poco de empezar ya lo hemos terminado, pero sus formas, su intensidad, su ambiente y su belleza hacen de él visita obligada. Quizá no es un barranco superlativo, pero sí es de lo mejor de la isla, aunque en descente-canyon su puntuación de 3.4 lo sitúe por detrás del 3.5 del Purcaraccia. ¿Nos hemos vuelto locos o que? ¿3.5 para el Purcaraccia?
Lo que también será obligado, eso sí, es buscar otro descenso con el que completar la jornada, porque aquí acabaremos rápido. Nosotros escogimos el Baracci.
Centrándonos en el Piscia di Gallu, el descenso empieza con dos pequeñas cascadas que pueden evitarse mediante un pasamanos y un rápel de unos diez metros en seco y por la izquierda hasta una marmita colapsada. Desde aquí hay que cruzar la badina de recepción para llegar a la siguiente instalación.
Natxo en una cabecera, y Guiputxi en la siguiente. No hay pausas. |
rápel de acceso al pasamanos de la tirolina |
El rápel de seis metros que viene entonces no tiene dificultad, y nos deja muy cerca del siguiente: un plano inclinado de unos ocho metros, esta vez por el agua, tras el que hay que encaramarse a la derecha para acceder al pasamanos que conduce a una tirolina de acero. Efectivamente: ya hemos llegado a la última poza del recorrido, y el espectacular rápel de cincuenta y cinco metros está ahí mismo, al otro lado de la vena y del labio de la marmita que vierte su contenido al vacío. Con caudal, cruzar esa poza sería sin duda lo más comprometido del descenso, técnica y psicológicamente. Sin embargo, y para bien o para mal, en este punto está instalada una tirolina de cable de acero que evita entrar en el agua y cruza limpiamente hasta el inicio del pasamanos de acceso a la vertical final. Por arte de magia, domesticamos el barranco y eliminamos las dificultades, pero también las sensaciones. Cosas de la explotación comercial de este barranco, supongo...
Natxo, cruzando la tirolina de cable |
Al otro lado de la tirolina encontraremos un pasamanos colgado que nos aleja unos metros de la cascada: los suficientes como para que no nos sacuda el agua justo hasta pocos metros del suelo. El escenario es realmente bonito, y el salto de agua, espectacular. Son cincuenta y cinco metros limpios hasta los bloques resbaladizos que nos esperan abajo.
Guiputxi, descendiendo junto a la magnífica cola de caballo del último rápel |
David, en la última cascada |
admirando el final |
una foto de la foto del final |
Como en muchos de los mejores barrancos, el paso más brillante del descenso es justo el que le pone punto y final. Este rápel es una buenísima forma de despedir un barranco que, a pesar de su brevedad, deja muy buen sabor de boca. Si fuera más largo, sería la bomba.
Datos de interés
Cotación: v4 a5 II
Acceso desde: Zonza (Córcega)
Aproximación: Desde Zonza, saldremos en dirección a Porto-Vecchio (carretera D-368). Recorreremos unos trece kilómetros y encontraremos un amplio aparcamiento, bien señalizado y que en temporada turística es de pago (no en la fecha de nuestro descenso). Después de dejar el coche, tomaremos el sendero turístico que conduce a la cascada. Llegaremos a un llano despejado y veremos nuestro barranco, que lo cruza. Aquí abandonaremos el sendero y seguiremos el cauce hasta el inicio de la garganta donde empieza el descenso. 30 minutos.
Descenso: 2 h 30 minutos según reseña, pero se baja en bastante menos.
Retorno: Al pie de la gran cascada, y por la izquierda, encontraremos un sendero muy empinado que en cinco minutos nos conducirá hasta un mirador. Desde aquí, no tenemos más que seguir el camino turístico de vuelta al aparcamiento. 1 hora.
Material: Cuerdas 2 x 60 m, polea o mosquetón de acero para la tirolina.
Fotos: Xavier, David Sánchez, Bernat Castells
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CANYON DU BARACCI
Córcega, 15 de abril. Después de comernos de primero un Piscia di Gallu, llegaba el turno del segundo plato. De los que ofrecía la carta, algunos eran poco interesantes, otros demasiado secos... y el que más nos convencía, el Baracci, con un estrecho inicial muy bien valorado, tenía como handicap una duración total de cinco horas de las cuales más de dos son de marcha y destrepes. Por suerte, esa primera parte puede hacerse de forma independiente, de manera que nos decidimos por él, subimos a la furgo y recorrimos los cincuenta y cinco kilómetros de curvas -una hora y cuarto en coche- que lo separan del Gallu.
En el caso del Baracci estamos ante otro Polischellu. Bajar la primera parte de este barranco supone hacer un descenso simpático y entretenido, con continuidad, saltos, rápeles y algún paso bonito, pero extremadamente corto. Vamos, que por sí solo no merece la pena y te deja con hambre, de manera que lo suyo es descenderlo antes o después de alguno de sus vecinos. También puede hacerse íntegramente, pero la reseña no invita a hacerlo: los dos estrechos que contiene están separados por un tramo de cuarenta y cinco minutos de marcha, y tras el segundo hay que caminar por el cauce 1h 35 minutos hasta la salida. No es tan bueno como para merecerlo.
En el caso del Baracci estamos ante otro Polischellu. Bajar la primera parte de este barranco supone hacer un descenso simpático y entretenido, con continuidad, saltos, rápeles y algún paso bonito, pero extremadamente corto. Vamos, que por sí solo no merece la pena y te deja con hambre, de manera que lo suyo es descenderlo antes o después de alguno de sus vecinos. También puede hacerse íntegramente, pero la reseña no invita a hacerlo: los dos estrechos que contiene están separados por un tramo de cuarenta y cinco minutos de marcha, y tras el segundo hay que caminar por el cauce 1h 35 minutos hasta la salida. No es tan bueno como para merecerlo.
El resumen en imágenes del tramo que hicimos es éste:
un primer salto, para entrar en materia |
el granito es de un color rosado característico |
rapelando lo que la reseña marca como tobogan de 10 metros |
bonito paso bajo un gran bloque empotrado |
Hay un total de seis pasos equipados para cuerda en el tramo que bajamos, incluso uno -el de la foto de arriba- equipado con cuerda fija. De todas maneras, hasta cuatro de ellos podían saltarse o destreparse. En alguno de los rápeles que evitamos no se aprecia a simple vista si puede saltarse o no, por lo que hay que comprobar (cosa que habría que hacer siempre).
Por lo demás, no hay dificultades destacables.
saltando un rápel marcado como de diez metros, aunque no parece tan alto |
rápel de 10 metros sin novedad |
el último rápel de 13 metros y que puede saltarse |
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RUISSEAU DE CARDICCIA O RICHIUSA
El descenso empieza con un breve tramo de caminata hasta llegar a los primeros resaltes de cierta altura. Antes de montar cuerda por primera vez, tendremos la opción de realizar diversos saltos y toboganes, de altura variable.
uno de los primeros saltos |
dos rápeles encadenados: el primero desde arriba... |
...y el segundo, visto desde abajo |
Viendo la longitud del barranco, no se tarda en llegar a la segunda parte, la más interesante del descenso. Las paredes se estrechan y el caudal se concentra.
tobogán algo duro de hacer desde arriba |
saltando entre paredes ahora sí, más estrechas |
El punto más intesante, bonito y también más potencialmente peligroso es el penúltimo paso equipado: una goulotte de quince metros, de paredes muy pulidas y caudal concentrado dificilmente evitable tras la que podemos saltar a la poza y dar practicamente por finalizado el descenso.
Natxo, maniobrando en la goulotte |
la poza que nos espera después |
saltando a la poza |
pasillo que pone punto y final al descenso |
Como decía aquel clásico, a realizar sin dudar. Eso sí, combinadlo con otra cosa. Para ello, sus vecinos Leccia Rosa y/o Pruniccia son dos buenas opciones.
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Retorno: Tras el último estrecho, continuaremos por el cauce unos minutos hasta encontrar a la derecha un sendero que nos devolverá al camino de aproximación y al coche. 20 min.
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el puente sobre el Gravona muestra de lo que es capaz el agua |
Fotos: Bernat Castells, Xavier
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RUISSEAU D'I SULLEONI
Córcega, 17 de abril. Llevábamos cuatro días en la isla y seis barrancos descendidos, y la verdad, nos estaba saliendo todo bastante bien... pero a mí me iba faltando ya bajar algo con más entidad, más largo, más "barranco". Algo con menos saltos y más cuerdas, más sostenido, de mayor desnivel. Y el Sulleoni vino a cumplir mis deseos.
Estamos aquí ante un barranco más propio del continente, muy encajado en su primera mitad, donde el verde esmeralda deja paso a tonos más sombríos y las maniobras con cuerdas se vuelven obligatorias en un escenario que, con mayor caudal, se pondría realmente serio en algunos pasos. Esa primera mitad va ganando verticalidad poco a poco, y en ella cada rápel es unos metros más largo que el anterior, hasta culminar en el paso más característico del descenso, la bonita cascada de sesenta y cinco metros. Después viene una segunda parte más abierta, más soleada, en la que los rápeles van perdiendo altura pero que no desmerece en absoluto al conjunto. Es un barranco muy completo e interesante, quizás algo menos conocido que sus vecinos del este de la isla pero, para mí, menos prescindible que muchos de ellos.
Estamos aquí ante un barranco más propio del continente, muy encajado en su primera mitad, donde el verde esmeralda deja paso a tonos más sombríos y las maniobras con cuerdas se vuelven obligatorias en un escenario que, con mayor caudal, se pondría realmente serio en algunos pasos. Esa primera mitad va ganando verticalidad poco a poco, y en ella cada rápel es unos metros más largo que el anterior, hasta culminar en el paso más característico del descenso, la bonita cascada de sesenta y cinco metros. Después viene una segunda parte más abierta, más soleada, en la que los rápeles van perdiendo altura pero que no desmerece en absoluto al conjunto. Es un barranco muy completo e interesante, quizás algo menos conocido que sus vecinos del este de la isla pero, para mí, menos prescindible que muchos de ellos.
La primera parte, como decíamos, es la más deportiva, estrecha y pulida:
primeros rápeles, por todo el activo... |
...aunque todavía de pocos metros de altura |
pasos de muy poca anchura que pueden crear... |
...serias dificultades con caudales elevados |
rápel de 15 metros muy canalizado, desde arriba... |
...y desde abajo. La gran vertical se acerca |
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panorámica de la cascada |
Cinco rápeles después de empezar, ya hemos llegado al paso clave. La gran cascada puede descenderse por todo el activo de una sola tirada (65 metros), aunque quizá sea mejor dejar esa opción para cuando su caudal sea bajo. Alternativamente, por la derecha podemos acceder a una reunión que se aleja del agua y permite fraccionar el salto en dos rápeles de aproximadamente 45 y 25 metros. No son rápeles bonitos, pero sí menos expuestos. La reunión intermedia no es cómoda, y debe tenerse en cuenta que en ella no caben más de dos personas.
Empieza la segunda parte del descenso. Después del gran rápel, aún nos quedan unos cinco más. El primero de ellos era de treinta metros, pero ha pasado a ser más bien de unos treinta y cinco al haber cambiado la reunión que marcan las reseñas -antes un árbol, hoy expansivos-. Esto debe tenerse en cuenta, porque desde la cabecera no se ve el final del rápel. Los siguientes son más cortos, la continuidad se mantiene y nos acaban llevando a un último resalte, de unos cuatro metros, tras el que el barranco desemboca en el río Umbertacciu. Muy buena actividad.
Iniciando el rápel de 35 metros (antes 30 m) |
Datos de interés
Cotación: v4 a2 III
Acceso desde: Piana (Córcega, Francia)
Aproximación: Saldremos de Piana hacia el sur en dirección a Cargèse (carretera D81), y al cabo de unos seis kilómetros y medio veremos a la izquierda una explanada, con carteles indicando "Coutellerie" y "Coutelier forgeron". Tras la verja metálica está el taller de un artesano local. Aquí dejaremos el primer coche, y con el segundo continuaremos por carretera abajo. Tras cruzar el río por el puente di Chiuni, tomaremos el desvío a la izquierda que conduce a Revinda, y al llegar a este pequeño pueblo aparcaremos el coche procurando no molestar. Ya a pie, por la izquierda de la iglesia sale la pista de aproximación, cerrada con una verja metálica. No hay problema en cruzarla, aunque siempre es mejor preguntar si vemos a alguien por allí (a nosotros nos acompañó el dueño de las tierras, muy amable, buena parte del acceso). Esa pista finaliza en una zona de bosque cerrado, pero cien metros antes de ello sale un sendero, algo cerrado pero visible, que baja serpenteando al cauce. 45 minutos.
Descenso: 4 h
Retorno: Al llegar a la confluencia con el río Umbertacciu, remontaremos éste apenas cincuenta metros, hasta una poza, y veremos a la izquierda un sendero que asciende, señalizado con hitos de piedra. Nos conducirá hasta una pista que sale a la carretera, a pocos metros de la explanada donde hemos dejado el primer coche. 30 minutos.
Combinación de coches: Obligatoria. Si solo disponemos de uno, en Piana podemos contratar un taxi que nos suba hasta Revinda. Cuesta unos 50 euros, pero si no hay más remedio... preguntad en la oficina de turismo.
Combinación de coches: Obligatoria. Si solo disponemos de uno, en Piana podemos contratar un taxi que nos suba hasta Revinda. Cuesta unos 50 euros, pero si no hay más remedio... preguntad en la oficina de turismo.
Material: Cuerdas, 2 x 70 metros para la cascada de 65 metros, aunque ésta se puede fraccionar en 45 + 25 aproximadamente.
Observaciones: Hay otros retornos posibles. La opción clásica, pero poco recomendable, es descender el Umbertacciu hasta llegar al puente de Chiuni (2 horas), donde habríamos dejado un primer coche. Por otro lado, hay otras pistas o senderos que ascienden a la carretera desde el Umbertacciu, pero son privadas y su uso está prohibido. Utilizad el retorno descrito más arriba sin dudarlo, es el mejor y más comodo.
Fotos: David Sánchez, Bernat Castells, Xavier
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RUISSEAU DE ZIOCU
Córcega, 18 de abril. El viaje tocaba a su fin. Nos quedaba jornada y media en la isla, pero el que hiciéramos ese día acabaría siendo el último descenso, y en la lista de objetivos, que había sufrido algún cambio sobre la marcha, sólo quedaba uno por tachar: el Ziocu. Conscientes de que es un barranco caudaloso más propio del verano, lo habíamos ido dejando para el final, con la idea de ir valorando a través de los caudales de los demás si podríamos acabar bajándolo o no. Y allá que fuimos.
Una vez sobre el terreno, el Ziocu fue el más caudaloso de los barrancos que descendimos en Córcega, aunque no se mostró tan temible gracias a (o a pesar de) que el punto más peligroso simplemente se evita por completo, y a que las paredes, que nunca llegan a ser demasiado altas, no dan aquella sensación de enclaustramiento de otros descensos.
En sus inicios estamos ante un descenso bastante abierto, que incluso tiene unos diez minutos de marcha por el cauce sin interés, pero que luego forma un bonito estrecho de interés sostenido, con varios rápeles encadenados y caudalosos de diferente dificultad.
Una vez sobre el terreno, el Ziocu fue el más caudaloso de los barrancos que descendimos en Córcega, aunque no se mostró tan temible gracias a (o a pesar de) que el punto más peligroso simplemente se evita por completo, y a que las paredes, que nunca llegan a ser demasiado altas, no dan aquella sensación de enclaustramiento de otros descensos.
En sus inicios estamos ante un descenso bastante abierto, que incluso tiene unos diez minutos de marcha por el cauce sin interés, pero que luego forma un bonito estrecho de interés sostenido, con varios rápeles encadenados y caudalosos de diferente dificultad.
pasillo inicial, tras un tramo de marcha |
R 8m, tercero del descenso |
R 8m. Pese a las apariencias, se salva bastante bien |
En este estrecho, el punto culminante es -o debería ser- la cascada de veinte metros. El descenso por el activo siempre es lo más interesante, pero con lo encajado de la cascada y el volumen de agua de nuestro descenso lo vimos inviable. Para evitarla, a la derecha existe un largo pasamanos que crestea la pared y permite rapelar a la poza, o saltar a ella desde donde nos convenga.
evitando la cascada de 20 metros mediante el pasamanos |
A continuación viene un pasamanos más un rápel de diecisiete metros. El rápel es en seco, pero luego hay que cruzar su poza, quizá el paso más juguetón y espectacular con este caudal.
Antes de los siguientes rápeles, tras unos bloques, encontraremos una viga de acero doblada como si fuera de alambre. Es algo que ya hemos visto en otros barrancos, como por ejemplo en el Combra-Val Malvaglia, pero no deja de sorprender de lo que es capaz el agua.
cruzando con decisión la poza del R 17m |
viga o raíl doblado por la fuerza del agua |
A partir de aquí, el cauce se ensancha un poco. Tenemos por delante un rápel de 13 metros y otra cascada fraccionada en dos de 5 y 17 metros, todos ellos sin complicaciones.
rápel de 13 metros rozando el agua |
el R 13m visto desde abajo |
rápel de 17 metros, completamente en seco |
Después del rápel de 17 metros y su pasillo, el cauce se abre más y comienza un tramo de marcha por el río. Al disponer de un sólo coche, finalizamos aquí nuestro descenso y tomamos el sendero de retorno al aparcamiento (ver más abajo). De todas maneras, dudo que nos perdiéramos mucho río abajo...
A realizar sin dudar, sobre todo con buen caudal.
Datos de interés
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productos típicos: los barrancos y la cerveza a la castaña |
Acceso desde: Soccia (Córcega, Francia)
Aproximación: Desde esta población, seguiremos las indicaciones al lago de Creno (Crenu en corso). La carretera finaliza en un aparcamiento con un bar sin lavabo, un café que te hace desear ir rápido a uno y una gran cruz metálica en lo alto. Aparcaremos y continuaremos a pie por la pista hasta llegar a un puente que cruza nuestro descenso. Entraremos por aquí. 25 minutos.
Descenso: 3 h 30 minutos
Retorno: Si hemos venido con dos coches, tras el último rápel caminaremos media hora por el cauce hasta llegar a una pasarela. Por la derecha llegaremos a Soccia en 15 minutos, donde habremos dejado un vehículo.
Combinación de coches: Necesaria para hacerlo entero. Si sólo disponemos de un vehículo, tres rápeles después de la cascada de 20 podemos tomar un escape muy empinado -a tramos hay que trepar-, señalizado con pintura roja, que devuelve al párking de acceso en 15 o 20 minutos. De esta forma nos perdemos los dos últimos rápeles, pero nos ahorramos media hora de pateo por el cauce. Que cada cual valore.
Material: Cuerdas, 2 x 30 m
Observaciones: Agua muy, muy fría
Fotos: Bernat Castells, Xavier
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CASCADAS DE SALVASSA
Las cascadas de Salvassa me quedan muy cerca, y siempre que paso con el coche junto a ellas me es inevitable girarme y echarles un vistazo. Aún así, sólo las había bajado una vez, hace unos tres años. De la misma manera que la mayoría de la gente que vive en Barcelona no ha estado nunca en la Sagrada Familia, supongo que yo voy dejando para un futuro indeterminado ese montón de barrancos que me quedan cerca y ya he bajado o no me llaman excesivamente la atención. Ya tendré tiempo de hacerlos, ¿no? Sin embargo, hace un par de fines de semana Frank se animó a subir hasta la Alta Ribagorça para bajar el Salvassa con un par de amigos más, y me dió una buena excusa para repetir el descenso.
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la cascada final, vista desde la carretera |
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croquis de la cascada final |
Esta repetición también fue excusa para revisar al alza las longitudes estimadas de los rápeles de la derecha orográfica de la gran cascada. La vez anterior me había quedado algo corto en algunos rápeles, porque llevábamos cuerdas bastante largas y medimos a ojo (cosa que ya señalaba en la reseña). Esta vez llevábamos cuerdas algo más cortas y he podido estimar mejor las longitudes, tirando al alza en caso de duda. De todas maneras, sigo pensando que lo mejor para este descenso es llevar cuerdas de 60 metros, con márgen suficiente para maniobrar y llegar sobrado a cada una de las reuniones de la gran vertical. Aunque ninguna de ellas es colgada, y la cascada es algo tumbada, llegar a las reuniones a punto de quedarte sin cuerda, y a tantos metros del suelo, no es algo agradable.
En lo que al descenso se refiere... bien, aunque no es un descenso espectacular, sí me resulta interesante, sobre todo si se acierta con el caudal -algo nada difícil, se puede valorar desde la carretera-. El entorno es bastante salvaje, aunque eso incluye, lamentablemente, el acceso. Supongo que este último es lo que hace que la mayoría de la gente ni se plantee repetir el descenso. Pero oye, no está mal.
Vamos con un pequeño resumen en imágenes.
La primera parte, de cauce excavado, con toboganes acanalados -no siempre limpios- y una sucesión de rampas:
uno de los toboganes iniciales |
el primer rápel, de 20 metros |
improvisando un rápel en un árbol para salvar varios resaltes demasiado resbaladizos |
El tramo intermedio, de carácter similar al anterior aunque algo más ancho y despejado, poco a poco más inclinado y con varios rápeles algo separados:
Frank, en un rápel de 15 metros |
rápel de 40 metros previo a la vertical |
Y por fin el tramo final, la gran cascada; una vertical algo tumbada de aproximadamente ciento ochenta metros fraccionada en cuatro rápeles:
Chema, descendiendo el tercer fraccionamiento (55 m) |
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Frank, en cabecera del cuarto y último rápel de la vertical |
Datos de interés
Cotación: v5 a2 III
Acceso desde: Pont de Suert (Alta Ribagorça, Lleida)
Aproximación: Saldremos de Pont de Suert en dirección a Vielha (ctra. N-230). Cruzaremos la población de Vilaller, y tras superar el núcleo de Bono, a dieciocho kilómetros de Pont de Suert, atravesaremos el túnel de Bono e inmediatamente aparcaremos a la derecha.
Mirando de frente a las cascadas, por detrás del quitamiedos sale un sendero hacia la derecha que desciende y cruza por encima del muro de contención del río Noguera Ribagorzana. Al otro lado, seguiremos la pista hacia la izquierda, en dirección a Senet, y cuando el terreno se abre, con un prado a la derecha y un torrente que se intuye poco más adelante, torceremos a la derecha por una pista perdida. Esta serpentea siguiendo más o menos el torrente, ganando altura, perdiéndose y apareciendo más adelante. Llegaremos a un tramo en que la pista avanza recta y cómoda en dirección al barranco, pero al llegar a una bifurcación habrá que torcer a la izquierda, en fuerte ascenso, y seguir otra pista más vestida que parece perderse. No lo hace: tras la vegetación sigue avanzando y va tendiendo a la derecha para llevarnos cerca de la parte alta del barranco. Allí arriba tocará orientarse, sortear la vegetación y, siempre hacia la derecha, buscar acercarnos a la cabecera y encontrar por dónde bajar. Tened fe. Tiempo, 1h a 1h 30 min.
Descenso: 3h 30 min. aprox.
las reuniones de la línea izquierda tienen este aspecto |
Retorno: Nada más descender la gran cascada, por la derecha se asciende a un mirador. Desde allí cruzaremos el muro de contención del río y volveremos a la carretera. 5 minutos.
Material: cuerdas 2 x 60 m. Mallas o pantalón largos, y manga larga, para que las zarzas y la vegetación del acceso no hagan estragos en brazos y piernas.
Observaciones: La gran cascada está equipada para descenderse por ambas orillas. La línea izquierda es la original y la más cercana al agua, pero también la peor conservada y menos segura. La foto es un buen ejemplo. La línea derecha aleja algo más del agua, pero es más reciente y segura (parabolts).
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BARRANCO DE SEIN
Mayo y principios de junio son días de impasse, una época en la que los barrancos primaverales ya se han normalizado, pero los más acuáticos todavía no se dejan. Tarde para un Liri, pronto para un Navarros. Ésta era nuestra disyuntiva hace un par de semanas. Giputxi y yo unimos nuestras fuerzas con la idea de buscar altos caudales y optamos por Bielsa. La meteorología, sin embargo, se puso en nuestra contra y descargó su furia en forma de tormentas la tarde del viernes, imposibilitando el descenso de alguno de nuestros principales objetivos.
De alguno.
El barranco de Sein, sin embargo, sí que cayó. Si la semana anterior había abandonado tras el primer rápel, esta vez lo vimos claro y pudimos disfrutar de este pequeño pero bonito y muy interesante descenso en unas condiciones de caudal tan altas como espectaculares.
El aspecto del embudo que forma el primer rápel ya era imponente, aunque no tanto como la visión de los resaltes siguientes y su poza de recepción, una auténtica olla de agua hirviendo... Para superar estos resaltes utilizamos una reunión en un árbol a la izquierda, innecesaria en condiciones de caudal normal.
El aspecto del embudo que forma el primer rápel ya era imponente, aunque no tanto como la visión de los resaltes siguientes y su poza de recepción, una auténtica olla de agua hirviendo... Para superar estos resaltes utilizamos una reunión en un árbol a la izquierda, innecesaria en condiciones de caudal normal.
Giputxi, bajando el primer rápel... |
...y superando los resaltes siguientes. |
El segundo rápel (tercero nuestro) no era difícil de gestionar, pero hubo que alargarlo para superar con él también el resalte siguiente, complicado de destrepar en estas condiciones. Hay que prestar atención a detalles como estos: con caudales altos todo cambia, y las cuerdas necesarias en condiciones normales se nos pueden quedar cortas. Otra muestra de lo cambiante de las condiciones es también el siguiente rápel: si el tronco normalmente molesta, con este caudal ayuda a superar el resalte sin entrar de lleno bajo el caño.
alargando nuestro tercer rápel |
a punto de superar el rápel con ayuda del tronco |
la abundancia de espuma dificulta ver donde se pisa, y la fuerza del agua arrastra los pies |
El descenso avanza muy rápido. Enseguida se llega al penúltimo rápel, en el que entrar en la vena y recibir su sacudida es inevitable. Tras él, el final se intuye cercano al llegar a la acequia que recoge agua del descenso para el riego. Una acequia que, en esta ocasión, se veía desbordada y devolvía al río buena parte de su contenido.
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mucho jaleo en el penúltimo rápel |
último rápel: el final es inminente |
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los dos, entrando en los últimos resaltes |
Superado este último rápel ya se ve la carretera, pero no hay que confiarse. Quedan dos resaltes, ambos saltables aunque el segundo oculta algún bloque y un rebufo pequeño pero con bastante mala leche. Después ya podremos pasar bajo el puente y dar por finalizado un descenso bonito e interesante, y en nuestro caso, también muy juguetón.
Para ver fotos del descenso en condiciones normales, podéis ver esta entrada de un descenso anterior.
Datos de interés
Cotación: v3 a3 II
Acceso desde: San Juan de Plan (Huesca)
Aproximación: Desde la carretera que lleva de Aínsa a Bielsa, tomaremos el desvío que se adentra en el valle de Chistau en dirección a Plan y San Juan de Plan. Al llegar a este último, seguiremos por la carretera bordeando su parte alta, y al llegar al Hotel Casa Anita, tomaremos una calle a la derecha. Saldremos de pueblo, y cruzaremos por un puente la garganta de los Pecadores. Cuatrocientos metros más allá, llegaremos al pequeño puente que cruza nuestro barranco. Aparcaremos donde no moleste, y poco antes del puente encontraremos el sendero que remonta el río por su orilla derecha. Lo seguiremos y a los quince minutos, cuando el camino gira bruscamente a la izquierda, seguiremos recto por una senda menos trazada que nos llevará en breve a una pasarela de hormigón en la que comenzar el descenso. No obstante, podemos bajar antes por donde veamos y evitar parte del tramo de río abierto inicial. Tiempo, 20 minutos.
Descenso: Barranco excavado y sostenido, con ambiente y de caudal permanente. Interesante y muy recomendable, aunque el hecho de que no aparezca en ninguna publicación parezca indicar lo contrario. Cinco rápeles de hasta 12 metros. Tiempo, 1h 15 min. aproximadamente (en condiciones normales).
Retorno: Tras pasar bajo el puente en el que hemos aparcado, saldremos por la derecha a la pista. Inmediato.
Material: 1 x 30 m más la cuerda de seguridad
Fotos: Xavier, excepto la última. Mi agradecimiento al chico que pasaba por el puente, nos fotografió y nos envió amablemente la foto.
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GARGANTA DE BARROSA
8 de junio. A la hora de escoger zona, Giputxi y yo nos habíamos decidido por Bielsa por la gran concentración de barrancos del lugar y la posibilidad de encontrar buenos caudales. Sin embargo, una vez descendido el Sein y comprobado que otros dos objetivos iban demasiado altos, nos encontramos casi sin saber qué hacer. Dimos varias vueltas, descartando algún que otro descenso por ir bajo o simplemente normal, y acabamos optando por bajar la Garganta de Barrosa, un descenso corto y sin demasiadas dificultades pero que prometía, al menos, grandes cantidades de agua.
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la poza del primer rápel, absolutamente todo espuma |
El tramo final, de la presa al puente de la carretera, sólo contiene un par de pasillos más. Es, en definitiva, un barranco para combinar con alguno de sus vecinos, si es que éstos se dejan...
Rapelando por fuera el tobogán. A su derecha, la vena forma un potente movimiento que arrastra al rincón ciego de la poza. |
El tercer rápel, una vez superada su poza. Esta genera una fuerte contra. |
Superando con cuerda el último resalte antes de la presa, un destrepe imposible en estas condiciones. |
Datos de interés
Cotación: v3 a3 III
Acceso desde: Bielsa (Huesca)
Aproximación: Desde Bielsa, saldremos en dirección Francia por la carretera A-138. Poco después del kilómetro 88, veremos la entrada a una pista a mano izquierda, con sitio para aparcar y un cartel. Aparcaremos aquí, y seguiremos a pie la pista que lleva al circo de Barrosa. Cuando ésta se acerca al río, a poca altura sobre él, entraremos al cauce. Tiempo, veinte minutos.
Descenso: 1h 30 min.
Retorno: Una vez en la presa, por la izquierda de ésta podemos salir a las escaleras y volver a la carretera, a cinco minutos del coche. Sin embargo, lo normal es continuar presa abajo y salir a la derecha después de pasar bajo el puente de la carretera, también a cinco minutos del aparcamiento.
Material: cuerdas 2 x 20 m
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GARGANTA DE SORROSAL: EL BARRANCO
Los días 7 y 8 de junio, mientras Giputxi y yo bajábamos Sein y Barrosa, Sergi y los amigos del TEC sudaban en la garganta de Sorrosal, y el barranco de Lapazosa seguía mostrándose intratable y nadie osaba entrar en él. Teniendo en cuenta que en esta zona, en ausencia de lluvias, los caudales bajan deprisa y el arroz se te puede pasar muy rápido, David y yo nos fijamos esos dos descensos clásicos como objetivo para el fin de semana siguiente. Llegado el día, se nos unió ROS y decidimos empezar por el Sorrosal, a priori el más accesible. En efecto, desde el mirador comprobamos que el caudal había bajado bastante y que ya no nos daría ningún problema.
Poco puede decirse de la Garganta de Sorrosal que no haya sido dicho o publicado ya. Por eso, esta entrada sobre el descenso deportivo de la garganta se complementa con esta otra, Garganta de Sorrosal: la ferrata, sobre la vía equipada que la recorre de forma ascendente.
Por último, también os puede resultar interesante lo que escribí hace un tiempo sobre los Efectos de la lluvia sobre el Sorrosal.
Entrando ya en materia, hay que decir que estamos ante uno de los descensos más clásicos y reconocidos del Pirineo aragonés, que tiene casi de todo: saltos, toboganes, rápeles, una gran cascada final, ambiente y la estética particular que le confiere el flysch en el que está excavado. Aún así, para mí también tiene sus peros. Hace muchos años que descendí este barranco por primera vez, y para bien o para mal he visto la evolución de sus instalaciones: hoy, las zonas más estrechas antes de la cascada final han sido equipadas con largos pasamanos fijos y elevados que para mí eliminan todo compromiso y también buena parte del interés. Llamadme tiquismiquis.
Así pues, el descenso empieza su recorrido superando badinas y resaltes de escaso desnivel:
el puente de Fragen, lleno de espectadores atentos |
pequeño tobogán al poco de comenzar |
No se tarda mucho en llegar al primer rápel equipado, saltable después de comprobar. Un par de resaltes más y un tobogán de unos 5 o 6 metros serán los pasos que daremos a continuación.
el primer rápel... |
...y otro tobogán, esta vez más largo |
Ya estamos en el siguiente rápel de entidad antes de la cascada final: un tobogán acanalado de veinte metros que hace años se bajaba por dentro, hasta que alguien decidió suprimir la reunión que lo permitía e instalar un pasamanos que nos aleja completamente del agua para llevarnos hasta una repisa desde la que saltar. Para rematarlo, el pasamanos está instalado en fijo con cable de acero (!) pese a estar en una zona que recibe de lleno el impacto de las crecidas. Llamadme tiquismiquis otra vez...
El segundo rápel, saltable. Obsérvese el pasamanos lleno de ramas enganchadas, y a qué altura se encuentra. |
En fin... Saltaremos esa cascada y nos adentraremos en un tramo más encajado de la garganta que nos conducirá hasta la parte más técnica del descenso: las dos cascadas finales y su poza intermedia.
saltando el rápel |
pequeño salto en el tramo final de la gorga |
Al llegar al final de la gorga empieza a vislumbrarse el patio que nos espera más abajo, y se intuye que hemos llegado a los pasos clave del descenso. A la reunión de salida al vacío se llega mediante un pasamanos, hoy mucho más largo y mucho menos expuesto que el de hace unos años. Desde ella accederemos a la siguiente reunión, seis metros más abajo, para descolgarnos a continuación cuarenta metros hasta la poza intermedia.
David y ROS, maniobrando en la reunión del rápel de 40 metros que conduce a la poza intermedia |
David, descendiendo camino del punto clave |
El rápel, por suerte, no acaba en el agua: nos deja en una repisa desde la que, en función del caudal, valorar con mayor o menor preocupación el cruce de la poza. Hay que cruzar en diagonal, de izquierda a derecha, y atravesar la vena que va directa al amplio desagüe de la poza y proyecta el agua hacia el suelo, cuarenta y cinco metros más abajo. Salvo que encontremos un caudal elevado, el paso es más psicológico que técnico. Si por contra las condiciones son de aguas vivas, este será el paso clave del descenso, sin duda. De cualquier manera, una instalación en la repisa nos ayudará a asegurar el paso si es necesario.
yo mismo, caminando sobre las aguas: una técnica muy avanzada que permite cruzar la poza sin mojarse |
iniciando el rápel final, de 45 metros |
Una vez a salvo en la reunión del último rápel, lo tenemos todo practicamente hecho. Los cuarenta y cinco metros que nos separan de suelo se salvan bien, sin problemas, por fuera del agua y con una recepción sin poza pero sí, si la época es buena, con muchos espectadores en el mirador. De esta forma finalizaremos el descenso de un barranco bonito, entretenido e incluso técnico, pero también accesible, comercial y frecuentado, con todo lo bueno y lo malo que ello comporta.
Datos de interés
Cotación: v4 a3 III
Acceso desde: Broto (Huesca)
Aproximación: En Broto, después de cruzar el puente sobre el río Ara, tomaremos el desvío a Oto y aparcaremos enseguida, antes de cruzar el puente sobre el río Sorrosal. Estemos muy cerca de la cascada final. Con un segundo vehículo subiremos por la carretera N-260 en dirección a Torla, pasaremos el desvío a esta población y más adelante, por la izquierda, entraremos en Fragén. Aparcaremos y cruzaremos el pueblo a pie, para tomar un camino que conduce a un puente sobre nuestro barranco. Sin cruzarlo, junto a él y a la izquierda encontraremos una reunión en un árbol que nos permitirá bajar al cauce. 15 minutos.
También puede accederse al barranco más arriba, desde la población de Linás de Broto. Sin embargo, ello sólo sirve para añadir al descenso un tramo de badinas y resaltes de menor interés que el tramo que comienza en Fragén.
Descenso: unas 3 horas aproximadamente
Retorno: Una vez al pie de la cascada, saldremos al mirador y al camino que bordea el río hasta llegar al puente en cuyas inmediaciones hemos aparcado el primer coche. 5 minutos.
Material: cuerdas 2 x 50 m
Observaciones: En caso de llegar a las cascadas finales y no ver claro el cruce de la poza intermedia, el túnel del aliviadero y la ferrata ofrecen una salida honorable a tener en cuenta.
Fotos: Xavier, David
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BARRANCO DE LAPAZOSA
15 de junio. Descendido el Sorrosal sin contratiempos el día anterior, quedaba bajar el Lapazosa para cumplir con los objetivos del fin de semana. Visto el caudal de Sorrosal y del salto del Carpín, confiábamos en que hubiera bajado lo bastante, así que nos plantamos en Bujaruelo y tomamos el sendero de aproximación hasta llegar a la cabecera. A medida que nos acercábamos aquello rugía cada vez más, y al llegar arriba comprobamos que todavía andaba bastante fuerte. Sin embargo no lo vimos imposible, así que... vamos allá. El descenso, que habitualmente se baja en unas tres horas, nos acabaría costando más del doble. Sin descansos, sin parones, sin dejar de trabajar. El caudal, que a posteriori valoramos como muy alto, formaba movimientos de aguas vivas en practicamente todos los pasos, algunos de ellos muy fuertes, y ello nos obligó a montar pasamanos recuperables, guiados, asegurar pasos, improvisar nuevas reuniones y, en definitiva, a ser cuidadosos en cada paso. El resultado de todo ello fue un descenso intenso y muy bueno, de esos que recuerdas durante mucho tiempo.
Del Lapazosa todo el mundo tiene la imagen de la gran cascada de setenta metros, ancha y tumbada. Desde luego, es el paso más característico del barranco, y se encuentra en un tramo ancho, algo tosco y bastante abierto. Sin embargo, la primera parte del barranco es estrecha y excavada, y en ella el agua impone su ley. Es en este tramo donde el caudal complica bastante las cosas desde el primer momento.
Nada más entrar en el cauce, encontramos un primer estrecho con cuatro rápeles encadenados de hasta 11 metros. Esta zona es un buen test para medir nuestras posibilidades y las del caudal, ya que tras el cuarto hay un escape que permite abandonar. Justamente ese, el cuarto, fue de estos iniciales el rápel que encontramos más problemático, tanto por la aproximación a la reunión como por la recepción, aunque un desviador nos permitió evitar el jaleo de esta última.
primer rápel, de 10 metros |
segundo rápel, salto en plancha y a nadar |
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el tercer rápel, montado por fuera |
evitando el jaleo mediante el desviador |
fuerte corriente en la recepción del cuarto rápel |
Superado este primer encajamiento, el barranco se da un respiro para formar enseguida un segundo estrecho en el que nos encontramos los pasos más comprometidos del descenso. El quinto rápel no es más que una introducción al sexto, y sobre todo, al séptimo, el paso clave de nuestro descenso.
quinto rápel (6 m), uno de los más sencillos del descenso |
En el centro, David cruzando la poza de recepción del sexto rápel (15 m). Al fondo, el acceso al séptimo. |
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David, atento a mi descenso |
Una vez superada la agitada poza del sexto rápel, estábamos ante el paso más delicado del barranco. El paso se estrechaba, canalizaba fuertemente el agua y giraba a la izquierda para formar una primera cascada, fuertemente encajada, y luego una segunda. A la derecha vimos una primera reunión, pero bajar desde ella y por el interior era impensable. La única alternativa era otra reunión, situada a la izquierda, en alto y más allá de la caída del agua, al final de un pasamanos recuperable: una trepada muy expuesta, partiendo del caño y con la roca mojada y batida por las aguas, en la que un resbalón significaba caer cascada abajo. Ello nos obligó a asegurar el acceso a la instalación de cada uno de nosotros.
Desde la reunión izquierda salvamos con un rápel de unos veinticinco metros las dos cascadas consecutivas que forman este paso. En condiciones normales, puede salirse de la reunión derecha, bajar por dentro y fraccionar este paso en dos rápeles cortos.
Desde la reunión izquierda salvamos con un rápel de unos veinticinco metros las dos cascadas consecutivas que forman este paso. En condiciones normales, puede salirse de la reunión derecha, bajar por dentro y fraccionar este paso en dos rápeles cortos.
Desde la reunión izquierda del séptimo rápel se baja limpiamente y sin contratiempos. La cuestión es llegar a ella. |
desmontando el tinglado del R7 antes de bajar |
R8, 12 metros |
Nuestros rápeles octavo y noveno no dieron problemas, aunque este último se mostró algo peleón. Tras ellos llegamos al rápel de la marmita trampa, que no sólo estaba completamente llena, sino que formaba un potente rebufo y también nos hizo trabajar.
R9, un rápel de unos 15 metros |
A partir de aquí, lo más duro ya estaba hecho. Entrábamos en la segunda parte del descenso, la abierta, aunque nos quedaban por delante todavía unos cuantos rápeles más. El primero, para superar unos resaltes que se destrepan con caudal normal.
superando con cuerda unos resaltes |
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Después de este rápel añadido, llegamos a otro en el que hubo que montar una nueva reunión... y por fin estábamos en la cascada de setenta, señal de que ya quedaba poco. A la izquierda hace un tiempo que se añadió una nueva línea de rápeles, pero es por ese lado por el que se concentra la mayor parte del caudal, así que utilizamos la línea derecha, la original pero también la peor equipada. Los cáncamos industriales de la primera reunión quedaban bañados por el agua, aunque se podía trabajar en ella sin problemas. Más abajo, la segunda reunión estaba a salvo y en seco, pero las cintas pasadas por unas raíces que la forman no inspiraban demasiada confianza. De todas maneras, de cosas peores nos hemos colgado...
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Instalando el primer 35 de la gran cascada. El agua pasaba por encima de la reunión. |
bajando la primera fracción de la cascada de 60-70 metros, con una auténtica manta de agua |
penúltimo rápel, bajable como tobogán |
Ya sólo nos quedaban un par de rápeles más, los dos desde árboles y por fuera, para llegar al final de las dificultades y ver a nuestro barranco fundirse con el río Ara. Al llegar al puente metálico que indica definitivamente el final, miramos el reloj de la cámara, y comprobamos asombrados que habían pasado siete horas desde nuestros primeros pasos en el interior del barranco. Siete horas sin bloqueos, sin problemas, pero también sin pausas ni descansos. Los problemas quizá los tuviera alguno al llegar a casa, pero esa es otra historia...
recogiendo la cuerda tras el último rápel, a pocos minutos de la confluencia con el río Ara |
Datos de interés
Cotación: v4 a2 IV
Acceso desde: Torla (Huesca)
Aproximación: Desde Torla, saldremos en dirección al Parque Nacional de Ordesa. Justo antes de entrar en él, después de cruzar el puente de los Navarros, nos desviaremos a la izquierda y tomaremos la pista que asciende por el valle de Bujaruelo. Al llegar al final, dejaremos el coche en el prado y cruzaremos el puente de piedra para tomar el sendero que lleva al puerto de Bujaruelo. Después de superar el bosque, y ya muy cerca del barranco, tomaremos un desvío a la izquierda que nos lleva al cauce. 45 minutos.
Descenso: 3 h aprox. en condiciones de caudal normal
Retorno: Al llegar a la confluencia con el río Ara, tomaremos un sendero a la izquierda que nos devolverá al coche. 15 minutos.
Material: Cuerdas, 2 x 40 m. Cintas y maillones para abandonar en la segunda parte, sobre todo a principio de temporada.
Observaciones: Parece que las chapas de las reuniones de la izquierda orográfica de la gran cascada tienen cierta tendencia a desaparecer. A tener en cuenta.
Fotos: David, ROS, Xavier
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BARRANQUISMO EN DOLOMITAS
Madeira, Reunión... no son destinos que me atraigan demasiado. Puede que vaya algún día, pero su interés siempre ha quedado para mí en un segundo plano, oculto tras la llamada poderosa de los descensos de los Alpes, habitualmente mucho más encajados, pulidos y acuáticos. Las blancas catedrales de granito de Ticino y los palacios de nieve y hielo de Ecrins u Oberland siempre me han fascinado, y desde hace unos años, cada verano buscamos un rincón de esa cordillera europea para pasar en ella una o dos semanas explorando sus cicatrices.
El destino escogido este año eran las montañas de Dolomitas, situadas en los Alpes Orientales y a caballo de las regiones italianas de Trentino-Alto Adige, Véneto y Friuli-Venezia Giulia. Algunos amigos alpinistas me habían hablado muy bien de este macizo, y estaba seguro de que los barranquistas también sabríamos sacar partido de este escenario calcáreo, rodeado de cimas de más de tres mil metros y con una gran cantidad de descensos de interés elevado, ya sea por su dificultad o por su estética. Con esas expectativas en mente, el pasado 19 de julio salimos a la carretera, y un día y medio y mil cuatrocientos kilómetros después instalamos nuestro cuartel general cerca de la población de Belluno. No obstante, la montaña no acostumbra a plegarse a los deseos de los montañeros, y la meteorología tampoco. El tiempo se mostró mucho peor que las previsiones que habíamos consultado (Meteo.it no daba ni una), y tras varios días jugando al gato y al ratón con la lluvia y con un mal pronóstico para los días siguientes, viendo claro que nuestros principales objetivos no se iban a dejar, abandonamos la zona. A veces se gana, y a veces no.
Los barrancos que pudimos descender en la zona fueron estos:
De vuelta a casa, y a nuestro paso por Liguria, aún cayeron los siguientes:
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caras de satisfacción después de bajar un Val Maor bastante bravo |
Los barrancos que pudimos descender en la zona fueron estos:
- Val Maggiore. Descenso fácil y sin dificultades técnicas, pero muy estético.
- Val Maor. Barranco de iniciación sin apenas dificultades pero tremendamente bonito, muy encajado y de gran ambiente. Tuvimos la suerte de encontrarlo con caudal alto, con rebufos, contras, pasos estrechos e incluso algún sifón de troncos que le dieron aún mayor interés.
- Torrente Ciolesan. Descenso más completo y de mayor entidad que los anteriores, también algo subido de tono en algún paso concreto gracias a las lluvias.
- Torrente Chiadola. Juguete brevísimo que supuso una grata sorpresa. Ideal para combinar con alguno de sus vecinos y rematar así la jornada.
estratos, luz y color en el Val Maggiore |
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excepcionales aguas vivas en el Val Maor |
Torrente Ciolesan, un descenso completo |
uno de los rápeles del agradable Chiadola |
De vuelta a casa, y a nuestro paso por Liguria, aún cayeron los siguientes:
- Río Prialunga. No satisfizo nuestras expectativas. Caudal mínimo: julio no es el momento.
- Río Sgorea o Barbaira. Un clásico de la zona, muy estético y juguetón gracias a sus saltos. Ya lo describí en su día aquí.
- Vallon de la Maglia. Un descenso imprescindible de los Alpes en general, viejo conocido. Descendido con caudal alegre y sorteando a multitud de grupos.
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el Barbaira tiene bonitos saltos... |
...y pasos exhuberantes |
Prialunga: no nos gustan los secarrales |
la Maglia, un clásico eterno |
El trabajo de logística y preparación de este viaje han quedado desaprovechados en esta ocasión por culpa del mal tiempo, pero aquí dejo algunos datos que os pueden ser de utilidad para visitar la zona y sus barrancos.
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La población de Belluno, referencia del sector más cercano a España, se encuentra a 1.324 kilómetros de Barcelona. El viaje lleva unas trece horas y se hace casi integramente por autopista de peaje, cosa que supone un gasto de aproximadamente ciento diez euros por vehículo. Entre peajes y combustible, y según llevemos coche o furgoneta, el coste del trayecto se acerca a los doscientos cincuenta euros por vehículo, sólo ida. La alternativa es volar hasta el aeropuerto de Venecia, situado a cien kilómetros de Belluno, y alquilar un coche allí. En función del número de personas y de días que queramos estar, habrá que valorar si esta opción sale a cuenta.
¿Qué descender?
Dolomitas alberga una gran cantidad de descensos de calidad. Soffia, Val Zemola o Val Clusa son bastante conocidos, pero Vielia, Grigno o Ciolesan, por citar algunos, también son interesantes según la bibliografía consultada. He dividido los descensos en dos sectores, este y oeste, de forma que pueda adoptarse un alojamiento más o menos centrado para cada sector. Si disponemos de días suficientes, incluso podemos saltar a Eslovenia, marcada en el mapa como zona 3.
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zona de acampada del camping Nevegal, toda para nosotros |
Como he dicho, parece ideal centrarse en la localidad de Belluno para el sector oeste, y en la de Gemona para el este. Cerca de ambas ciudades hay varios campings para escoger, fáciles de encontrar por internet.
¿Cuándo ir?
Con algunas excepciones, la mayoría de descensos se dejan hacer desde el mes de junio, e incluso desde mayo. Por ello, parece un buen destino para los que aprovechan la primera mitad del verano para viajar, aunque siempre atentos a la meteorología...
Fotos: David Sánchez., Bernat Castells, Xavier
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